En el pupitre de siempre, se sentó. Sacó el ultimo folio con los apuntes y algunos más en blanco y se puso a esperar a que el profesor de matemáticas llegara al aula e iniciase la clase.
Con la frente apoyada en la mano izquierda, y con el bolígrafo en la mano derecha, mataba el tiempo garabateando algunos dibujos en el margen del folio: una flor, un barquito, una silueta... Apartó los apuntes a un lado cogió su lápiz y en una hoja en blanco soltó su mano con toda la destreza que llevaba dentro, que era mucha, y se lanzó de lleno a dibujar.
Unas líneas guía para empezar, unos trazos por aquí y otros por allá, fueron perfilando lo que estaba destinado a ser un retrato. Con un juego de sombras, definió el cabello cano, recogido en un moño; los ojos vivaces que seguían derrochando vitalidad y la sonrisa permanente que tenía siempre su querida abuela... Su abuela, su querida abuela había despertado en ella el interés por la pintura a una edad muy temprana. Cada tarde, después del colegio, lo que más le gustaba era merendar el chocolate caliente con bizcochos que su abuela preparaba y el dibujo que juntas realizaban.
Reparó un momento en una voz de fondo que hablaba de ángulos, senos y cosenos y levantó la vista de su pupitre. La clase había comenzado hacía rato, a juzgar por lo escrita que ya estaba la pizarra. Guardó rápidamente el bosquejo que tenía entre las manos y se puso a atender la lección. No sabía cuanto tiempo había pasado sin prestar atención. Seguro que buena parte de la hora que duraba la clase, pero tuvo la sensación de que el segundero del reloj apenas se movió.
Mas relatos en casa de Cecy
Me he visto a mí mismo en clase de trigonometría.
ResponderEliminarYo dibujaba robots.
Besos.
Cuando el tiempos se detiene, algo mágico está ocurriendo... sin duda.
ResponderEliminarBss
YO SOLÍA DISPERSARME EN LAS CLASES DE MATEMÁTICAS Y LA MAESTRA LLAMABA A MI MAMÁ PARA DECIRLE QUE ME DISTRAÍA... JIJII ES QUE ODIABA LOS NÚMEROS.
ResponderEliminarBESOS
PRECIOSO RELATO.
La abstracción de los genios
ResponderEliminarEs algo que yo hago a menudo, me meto en mi mundo y el tiempo no pasa. Tu abuela te metió en el suyo y se paró el rejoj.
ResponderEliminarBesicos.
Me has llevado al tiempo de estudiante.
ResponderEliminarEse momento era único, el genio que llevaba dentro bullía por salir.
ResponderEliminarUn cálido abrazo
Nada mejor para concentrarse, que dejar libertad a un boli sobre un folio en blanco.
ResponderEliminarMuy bonita historia.
Una gran inspiradora fue su abuela, despertando esa capacidad innata en ella. A mí todavía me encanta garabatear y dibujar formas caprichosas sin medidas ni fórmulas matemáticas. Es curioso, estos días estoy ayudando a mi hija con la trigonometría que ya tenía casi olvidada.
ResponderEliminarBesos.
Preciosa historia, Mar.
ResponderEliminarEl tiempo es extraño. A veces pasa sin darnos cuenta y otras se empeña en alargarse.
Un beso.
Es un precioso segundo de sueños...
ResponderEliminarBesos abisales
Quizás debería dejar las matemáticas y dedicarse a la pintura. Un beso.
ResponderEliminarSe fue con su dibujo, la compañía de su abuela y el chocolate caliente, lo llevaron a la eternidad de un lindo momento que su mano gráfico.
ResponderEliminarGracias Mar por acompañarme en estos segundos eternos para atesorar.
Un abrazo.
Si a veces suele suceder...
ResponderEliminarAlgo de eso mencioné, divagar, apartandose del presente. Aunque el dibujo artistico tiene algo de matemático.
ResponderEliminarUn lindo relato con la abuela como como inspiración. Cuántas veces nos ha pasado que nos perdemos en un mundo propio en el que el tiempo no tiene medida.
ResponderEliminarUn beso.
sé que matices se dedica de manera ociosa a la pintura, sé que algún compañero se divierte con la pintura...eso lo sé. pero no sabía que tú también te dedicabas a pintar...es así? y esta manera de comenzar mi comentario es debido a que de tu texto sonsaco que algo sabes de la materia, quizá por que te guste dibujar o pintar...
ResponderEliminarbien, fuera de eso, decirte que el ambiente que has logrado dibujar es más que bueno. pues sabes, yo también me había olvidado de la clase. conseguir eso del lector, es como decir que el texto es interesante. así que mi enhorabuena.
medio beso, mar.
Tu relato nos hace volver a la niñez pasada...recuerdos casi olvidados, que el tiempo en un segundo, nos trae... para alejarnos de una aburrida realidad.
ResponderEliminarGracias por tus visitas a mi blog, que tan agradables me resultan siempre.
Besos preciosa.
Que tierno, me gusto mucho !!
ResponderEliminarLos recuerdos son momentos preciosos y mas cuando se tratan de personas que nos quisieron y alentaron en la vida.
Besos
Lo entiendo!!!, me pasó, me pasó. Y digo más, siempre dudé en eso de que el seno al cuadrado de alfa fuera igual a 1 - el coseno al cuadrado de alfa: el seno al cuadrado era el de Yolanda, la profe de mates, uffffffffff...eso era un seno!!!!, y sin alfalfa, digo alfa, jajajajaja...
ResponderEliminarUn beso
Más allá de esa dispersa actitud de garabatear al borde de una hoja, la imagen de esa abuela plasmándose en un recuerdo en el papel, son imágenes que se me figuraron conocidas por haberlas vivido. Mi abuela fue, quien de algún modo me empujó a aventurarme con las letras, como lo hacía ella (eso sí, no logró que tocara el violín! Por eso este jueves que compartes, derrama un aire muy cálido para mí. Me ha despertado eternas sensaciones. Precioso!
ResponderEliminarBesos!
Gaby*
Y puede que la protagonista no haga carrera con los pinceles. Sé de alumnos que... ¡Batallitas de abuela!
ResponderEliminarBesos.
No veo mejor manera de perder el tiempo en clase:)
ResponderEliminarAl menos soñabas y pintabas: construías belleza.
Besos
Sana envidia es lo que siento tras leer tan bello escrito, echo a faltar la existencia de abuelos en mi vida. Bsss.
ResponderEliminarDe esos segundos que nos embriagan el alma y acaricia nuestros sentidos...
ResponderEliminarHe disfrutado leyendo tus letras, y me he imaginado en esas clases de matemáticas que se hacían interminables...
Un abrazo de brisas marinas :)
Que buena descripción en la que casi todos habremos estado inmersos en algun momento. Pero para mi es mas fuerte el segundo en que se despierta esa inspiracion que lo que despues se invierte en ella.
ResponderEliminarSi existe (a la manera tradicional), estos raptos me parecen una eternidad deseable :)
ResponderEliminarSaludos!
Más de uno está en la luna, en vez de escuchar al profe, aunque si era por dibujar, le perdono. Esos segundos seguro que fueron eternos.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Mar.
ResponderEliminarNo tuve la suerte de conocer a ninguna de mis abuelas, pero hoy, su papel, ha tomado unas dimensiones extraordinarias. En muchas familias, se han convertido en el eje de su subsistencia. Mi admiración por ellas.
En cuanto a tu texto, decirte que es una gozada leerlo. Se disfruta de principio a fin.
Un abrazo.
Lupe
Tu relato me ha emocionado Mar. Los cuadernos de mi hijo que aún conservo, están llenos de dibujos en los márgenes con héroes de comic, guerreros, monstruos, dragones, animales impensables. Pîenso que muchas veces, al igual que en tu relato, su imaginación volaba hacia universos que poco o nada tenían que ver con la materia a estudiar en cada momento.
ResponderEliminarUn abrazo.
Yo en las clases de matemáticas también me evadía bastante, aunque no para pintar, nunca se me ha dado bien ninguna de las dos cosas.
ResponderEliminarSe echa de menos a los abuelos es cierto...
Un beso!
Buen relato Mar, tu segundo eterno está lleno de inspiración y arte.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hermoso!!! Es cierto que muchas veces se pierde la noción del tiempo cuando estamos haciendo algo que nos gusta mucho. Ese es realmente nuestro momento, no hay relojes, ni horas que puedan perturbarnos.
ResponderEliminarUn beso.
esos viajes son los que más nos dejan.
ResponderEliminardificulto que la clase mereciese más atención que su nona. Las inolvidables nonas.
Me gustó :)
ResponderEliminarleerte suele ser como la sensación de esta chica: el tiempo apenas se percibe mientras te evades entre las emociones de tu escritura. Te imagina como a esta chica :)
un abrazo Mar-
Preciosa descripción de lo que para mi era la clase de matemáticas jajaja la odiaba, hacia lo mismo garabateaba o pintaba pero lo hacia en el margen de los libros que luego mis hermanos se negaban a heredar.Ahora aunque escriba en el ordenador si tengo cerca algo que pinte y un sobre del banco o un cuaderno de sudokus sigo haciéndolo igual.Una tiza y en ocasiones un borrador volando por los aires me sacaba bruscamente de la ensoñación.Me has llevado a vivir el momento.Un beso
ResponderEliminargusto en conocerte Mar. Tu buen relato refleja muy bien la fantasía de volar en el tiempo sin notarlo y después sentir como un despertar a la realidad. Voy a volver a visitarte. Un saludo afectuoso!
ResponderEliminarque bien retratada la figura de esa abuela que, como la de muchos, son en esencia la imagen de una ternura eterna.
ResponderEliminarMe has emocionado, me has hecho "ver" a mi abuela aunque ella ya no esté.
Un abrazo
Uf, hasta ahora me pasa cuando algún plomo me habla, acabo desconectando y creo hasta pongo los ojos en blanco, me cae la baba y ronco.... :)))
ResponderEliminarbeso.
Te dejo el cafelito, no se me ha olvidado, eeeehhh? Jajajjaa.
Que ternura tu relato y a cuantos de nosotros nos has hecho volver al garabato en los bordes de nuestra niñez, instantes unicos soñando ser lo que no éramos.
ResponderEliminarUn beso
recuerdos me trae tu relato, yo no pintaba pero se me iba el santo al cielo con los actores de las serie de TV.
ResponderEliminarTierno y entrañable el recuerdo de la abuela.
UN beso
Cómo cuesta concentrarse cuando algo nos apasiona o nos llena de emoción...
ResponderEliminarTu descripción es tan precisa, que nos identificamos absolutamente con ella.
Letra a letra, trazo a trazo, son segundos de eternidad que acumulamos a la hora de sentir qué felices somos viviendolos.
Un fuerte abrazo
Pienso que a muchos nos traerá recuerdos este relato, es como una descripción casi idéntica de lo que a varios nos pasó en tiempos de colegio.
ResponderEliminarY describiste muy bien, con exactitud lo que ocurre cuando uno se entrega al arte. El hemisferio izquierdo se desconecta -por así decir- entregándole el mando o dominio momentáneo al hemisferio derecho (abstracto, libre, carente de ataduras limitantes, el que no sabe de tiempo ni espacio) el cual habla en un lenguaje sagrado, del subconciente. Se produce un leve estado alterado de la conciencia, es como una anestesia,sedante o droga que nos hace sentir bien,relajados. Incluso a veces cuesta oír ya que nos sumergimos en otro mundo, por ello no captamos influencias o interferencias del mundo externo, por ello no sabemos si estuvimos trabajando 10 min. o 3 horas. Es maravilloso.
Yo también en todas mis clases de matemáticas me perdía por derroteros insospechados...
ResponderEliminarBesos, mar.