Mar


Imagen de Mónica

Para este jueves, Mónica nos propone cinco títulos de libros: Los enigmas de un sueño, La lucidez de los locos, Mixturas de un recuerdo, Alétheia (la verdad evidente), Que parezca un accidente.
Debemos elegir uno y escribir sobre él.




Mixturas de un recuerdo

En la calle, los tiritones que daban las ramas heladas atestiguaban lo fría que era aquella mañana de los primeros días de invierno.

En la chimenea encendida, él se ocupaba de atizar los gruesos troncos de oliva*; avivaba la lumbre para que el calor inundara toda la estancia.

En la cocina repiqueteaba el aceite sobre el fogón mientras se doraban los picatostes que ella preparaba para desayunar.

En la mesa, picatostes con azúcar, chocolate y café.

Los dos ocuparon su sitio habitual para el desayuno. Entre sorbos de café y humeante chocolate conversaban a media voz, justo con el tono que no rompía demasiado el silencio. No hablaban de nada en concreto. El tiempo, contado en decenios, se había encargado de rescatar de la privacidad de cada uno, todos sus secretos.

Apoyada en el marco de la puerta, los miraba; y guardé para mi, con la codicia del avaro, aquella sencilla estampa, regalo de lo cotidiano.

* En Jaén se suele llamar al olivo, oliva.




Más relatos en casa de Mónica
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Mar
Muchas gracias a todos los que habéis mandando vuestros hallazgos en los bolsillos y también a quienes habéis pasado a leer. Me ha alegrado mucho ver la cantidad de participantes que ha tenido esta convocatoria; pues ya sabéis que hay veces en las cuales, por diferentes motivos o por falta de motivación, la participación es escasa (yo también me incluyo en esas veces).

Para el jueves 30 de enero, será  Mónica quien nos convoque y coordine.  Hasta entonces nos vamos leyendo :) 
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Mar
Van llegando los relatos. Veamos que hay en los bolsillos :)

1. Inma del blog Molí del Canyer
2. Campi del blog Campirela
3. María del blog Algo más que palabras
4. Alabada Dos del blog Micro-regalos
5. Mag del blog La Trastienda del Pecado
6. Tracy del blog Tracycorrecaminos 
7. Myriam del blog De amores y relaciones
8. Gisela del blog Gisela Bleiy
9. Dorotea del blog Lazos y raíces 
10.  Alma Baires del blog Fragmentos de Alma
11. Mónica del blog  Neogéminis
12. Montserrat Sala del blog Reflexions en veu alta
13. El Oso del blog Los Apuntes del Oso
14. El Dermiurgo del blog El Demiurgo de Hurlingham
15. Juan Carlos del blog ¿Y qué te cuento?
16. Max Estrella del blog Diario del último bufón
17. Mar del blog La Bitácora de Mar
Mar
 Imagen tomada de Internet


Hoy, Gumersindo ha sacado el traje que reserva para ocasiones especiales. Lo tiene desde... (a ver que haga memoria) ¡sí, lo tiene desde siempre! Como se lo pone  de "pascuas a ramos" está como nuevo y aunque no anda muy a la moda, aún le queda bien. Hoy, Gumersindo, va de boda.

Se ha puesto más que guapo: repeinado hacia atrás, perfumado hasta la suela de los zapatos  y enfundado en su traje, solo le queda ponerse el reloj de bolsillo. Así que engancha la cadenita dorada de latón en un ojal del chaleco y  se dispone a guardar el reloj el en  bolsillo cuando se topa con algo.

-¿Que hay aquí? - se pregunta, extrañado.

Con los dedos pulgar e índice saca una bolita blanca.

-¡Anda, un caramelo de anís! ¿Como habrá llegado aquí? -dice ahora en voz alta.

Con lo goloso que es, se lo lleva a la boca en un tris.

- Hum... sabe un poco raro. Será que lleva tiempo ahí guardado... al menos  desde la Primera Comunión de Pablito la primavera pasada -piensa, haciendo memoria de la última vez que se puso el traje.
...

Ya, en la recepción de la boda, comienza a sentirse mal. ¡Vaya contrariedad! Tiene ganas de vomitar y aún  no ha probado ni un canapé de los que andan ofreciendo atentas camareras.

-Tío, ¿te ocurre algo? - le pregunta su sobrina, acercándose a él.

- ¡Ay! No me encuentro nada bien, Marisa. Será el caramelo ese que me comí antes de salir de casa.

- ¿Un caramelo, dices?

- Si. Lo encontré en el bolsillo del chaleco y me lo comí.

Marisa no da crédito a la torpeza de su tío.

- Pero tío, no era un caramelo lo que encontraste. Era una bolita de alcanfor antipolillas que puse yo a principios de verano, como hago cada año.

Más relatos en La Bitácora de Mar

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Mar


Imagen tomada de Internet

¿Que tengo en el bolsillo?

Esta pregunta es el tema que propongo para el próximo jueves. 
¿Cuantas veces hemos encontrado cosas inesperadas en cualquier bolsillo? En la chaqueta que no me ponía desde la temporada pasada, el pantalón del fin de semana, el abrigo que lleva en el armario un lustro o dos, la bata que utilizo a diario en el trabajo... 

Así que, estimados jueveros, ir revisando los bolsillos de vuestras prendas, bolsos, maletines, mochilas... y me mandáis vuestros hallazgos. Os espero con vuestros relatos desde el miércoles noche hasta el viernes noche. Y como siempre, no nos excederemos demasiado de las 350 palabras.
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Mar




Una tarde de principios de diciembre, me encontraba en un centro comercial. Era una tarde bastante tranquila pues ni era hora punta ni habían comenzado las compras compulsivas propias de las fechas que se avecinaban. Había ido a comprar un regalo que, una vez pagado en caja, es el propio cliente quien se lo envuelve (hay que minimizar costes y maximizar beneficios, dice la biblia del buen empresario).

Me acerqué a la mesa donde estaban el papel de regalo y un despachador de cinta adhesiva (esa que todos conocemos como tesa-film), sujetos a la mesa con una cadena para que ningún malintencionado cliente arramblara con ellos. Así que dejé mi caja en una esquina de la mesa, corté (mejor dicho, mal corté porque la guillotina que caía sobre la bobina tenía de todo menos filo) el trozo de papel que necesitaba y empecé a envolverla.


Afanada como estaba en mi tarea, observé con el rabillo del ojo la llegada de una señora entrada en años, pero no demasiados, a la mesa. Iba enfundada en un anorak beige que le cubría desde las rodillas hasta las orejas. Se puso a coger papel para envolver unos regalos que yo no veía por ningún lado. Entonces, se dirigió a mi y a modo de justificación me dijo:

- Mire usted, el papel que estoy cogiendo es para liar los regalos que hace unos días compré aquí para mis nietos. Son seis, ¿sabe usted? y aproveché la promoción que hubo de hasta el 40% de descuento. ¿Usted no vino? Es que con los tiempos que corren, hay que mirar muy y mucho lo que uno se gasta.


Mientras me iba contando esto, el rollo de papel que llevaba liado era más grueso que el papel que quedaba en la bobina (que no era poco). Me volví hacia ella y con una sonrisa le respondí:


-No, no vine. Fíjese usted, te gastas una pasta en regalos y encima de todo te los envuelves tú. Ya les vale. Además el condenado tesa-film no hay manera de cortarlo como es debido.


-¡¡Aaaaah!! ¡¡El tesa-film!!, ¡¡qué se me olvidaba!!- exclamó la mujer, subiendo el tono.


Para mi sorpresa la buena señora empezó a cortar tiras de cinta adhesiva y a pegárselas en la parte delantera del anorak y añadió:


- Es que para lo que es, no voy a comprar un rollo de tesa-film. Como el anorak es sintético las tiras vuelven a pegar otra vez donde haga falta. No es como la lana, que hace pelotillas ¿sabe usted? Ya he terminado, hala, adiós.


De la sorpresa, pasé al estupor y del estupor al ataque de risa que, aunque a duras penas intenté disimular, estalló sin poder hacer nada por remediarlo. Y es que si no lo veo, no lo creo. A veces, el subrealismo de algunos directores de cine se queda en mantillas ante episodios como éste. Como decía nuestro hidalgo más universal a su fiel escudero: "cosas veredes, amigo Sancho".



NOTA: este relato es real como la vida misma, vivido en primera persona :)


Más relatos en casa de Dorotea
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Mar


Vamos de cumpleaños. Pero no se que regalo llevar, porque es la primera vez que asisto a una fiesta tan particular. Resulta que no se celebra en ningún lugar en concreto pero, en muchos a la vez... lo cual, dicho así, parece incoherente, pero no lo es, teniendo en cuenta que el sitio donde es la fiesta es Internet.

¿Que puedo llevar que guste a mis queridos jueveros en este décimo aniversario? ¿Un detallito para cada uno o alguna cosa  más grande para compartir? Y  cuando ya lo decida, ¿como hago para enviarlo... ? Que yo sepa por la red solo viajan bits. ¡Vaya inconviente! ¿Ahora que hago yo? Pues nada, nada, tendrá que ser algo inmaterial. Pero, si es inmaterial ¿como lo voy a envolver en papel  de colorines y atarlo con un lazo rojo? Eso es como querer envolver el aire... y eso no puede ser. 

Pues nada, me rindo. Ante el riesgo inminente de salir majareta con esta entrada del blog, he decidido que no voy a regalar nada que no sea mi más sincera felicitación al grupo por cumplir diez años y un abrazo enorme todos los jueveros, (los estuvieron y lo que siguen estando).

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Imagen tomada de Internet.