Por fin está Gumersindo en el merendero. Como cada año, por el segundo sábado del mes de mayo, acude a la romería en honor a la patrona de la villa. Después de la celebración en la ermita, es costumbre ir andando hasta el merendero. Entre que el mediodía ya quedó lejos y la caminata, Gumersindo tiene un apetito voraz.
Se ha puesto en una esquinita del merendero, ni demasiado lejos de la gente como para sentirse solo, ni demasiado cerca como para que alguien le ofrezca un trago de vino y verse obligado a corresponder con alguna vianda. Ha sacado un raído mantel de cuadros rojos y blancos de su mochila. Lo ha extendido con sumo cuidado para no deshilacharlo y así evitar comprar uno nuevo para la siguiente ocasión.
Para el almuerzo lleva un botellín de cerveza (no es muy dado a excesos, pero la ocasión lo merece), tres fresas para el postre y un bocata de sardinas en aceite envuelto en papel cuché de una conocida revista.
Sentado en el suelo, se pone al cuello una enorme servilleta (llena de lamparones) tan maltrecha como el mantel, se abre la cerveza y le da un sorbito que le sabe a gloria. Lo saborea despacio, mirando todo cuanto le rodea: mesas, unas de piedra, otras de madera, rodeadas de familias y amigos; niños correteando entre los árboles; parejas de enamorados acompañadas del jorgeo de pajaritos y todo...
-¡Ay, que bonito es amor!- piensa
El rugido de sus tripas lo saca del trance, así que rescata el bocadillo del fondo de la mochila y nota que está todo grasiento. Al pan, le echó todo el aceite que traía la lata de sardinas; tanto, que la miga no lo ha podido absorber y el sobrante rezuma por todas partes. Retira con cuidado el envoltorio y, sin más dilación, le hinca el diente de buena gana.
En la corteza del bocadillo se puede leer el horóscopo de piscis y acuario del mes pasado.
Más relatos, en casa de Mar
Jaaaa, ese final me ha echo reír, imaginándome a Gumersindo con las manos repletas de aceite y esa servilleta de lamparones un cuadro vamos jajajaja. Gracias Mar. un abrazo y feliz noche.
ResponderEliminarPobre! hay que premiarle la actitud!. Las almas felices no son las que tienen mucho, sino las que necesitan poco jaja
ResponderEliminarBesotes
jaja, qué mala pata, pero al menos pudo leer el horóscopo pasado :-)
ResponderEliminarUn abrazo
No ando por España pero tengo amigos españoles. Me gusta tu propuesta y he leido la de Tracy...
ResponderEliminarOjalá todos pudieran divertirse como Uds lo hacen
saludos
Mucha
Sería bueno saber lo que el horóscopo le decía: seguro que no era prosperidad, para los días venideros, porque de ser así hubiese llevado al menos dos botellines.
ResponderEliminarGracias por la sonrisa.
Besos.
me estaba imaginando u banquete de " Carpanta " un clásico de los cómics antiguos. Pero has demostrado que como en todo, la comida es relativa para según quién.
ResponderEliminarUn abrazo
Jajajajajaja, un final desternillante. Todo un hallazgo.
ResponderEliminarSaludos.
Me parece que es un personaje entrañable este Gumersindo. Madre mía, imagino el bocata y es la leche! jajajaja
ResponderEliminarBss
Es un relato, bello, porque a pesar de todos sus problemas Gumercindo, esta disfrutando de esos placeres que proporciona un buena y planeada salida para comer a campo abierto.
ResponderEliminarHola Mar, ha sido muy satisfactorio participar con vosotros, gracias por la oportunidad. Ya visitaré tu blog.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Madre mía,qué desastre de hombre! Él debe ser feliz así de modo que vamos a dejarlo que sea. Los demás, ya lo conocerán.
ResponderEliminarAl menos se comerá el bocadillo con des(a)tino, por eso del horóscopo :-)
Un beso enorme y el relato, una gozada.
Sonrío. Cuantos bocatas habrán caído con horóscopos y con noticias de periódicos .
ResponderEliminarUn placer leerte
Beso
Todo un personaje el tal Gumersindo, es que me lo estoy imaginando... Has hecho una descripción magistral. Besos
ResponderEliminar"No es mas feliz el que mas tiene sino el que menos necesita", dicen y él lo comprueba.
ResponderEliminarBonito relato, atropellado y divertido
Abrazo
Madremía... qué agonía de hombre con la comida... y se permit el lujo de decir que es muy bonito el amor...
ResponderEliminar