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Hay normas que no están
escritas en ningún sitio y que por principios éticos y morales, se
respetan y se cumplen. Y tambien hay veces que por curiosidad, por
rebeldía o váyase usted a saber el motivo, se transgreden y se
incumplen. Será porque como no están escritas en ningún sitio, uno
siempre puede apelar a la excusa más inverosímil en caso de ser
sorprendido.
Luis, llamó a la puerta
del dormitorio de su amigo Javier. Como no contestaba, se tomó la
libertad de entrar en la habitación. No había nadie. Se acercó al
escritorio para dejarle a Javier una nota y buscando un papel en el
que escribir, vió el ordenador de su amigo encendido. Por curiosidad
miró el monitor y se encontró con que tenía el correo electrónico
abierto, y se atrevió a mirar la bandeja de entrada... a ver quien o
quienes le escribían a su amigo Javier. Correos electrónicos de los
profesores de la facultad que él tambien recibía, correos de
algunos amigos en común, alguno con publicidad y uno de Sonia.
Le sorprendió ver que
su novia le enviara un e-mail a su amigo y que no le hubiera
comentado nada. Impulsivamente, lo abrió y se quedó de una pieza
cuando vió una foto de Sonia, posando desnuda y con una dedicatoria
de los más sugerente.
Más infracciones en casa Gus
Éso para que fisgonee en lo que no es suyo.
ResponderEliminarEl derecho de la privacidad ajena suele ser-quizás- uno de los espacios más invadidos. Es que naturalmente somos curiosos y chismosos!! jejeje...en ese caso...la consecuencia de su "desliz" lo pondrá frente a la difícil disyuntiva sobre qué hacer...
ResponderEliminarUn abrazo
No se debe curiosear lo ajeno, corres el peligro de descubrir lo que no querrías saber....porque "ojos que no ven, corazón que no siente"
ResponderEliminarTu relato habla de muchas normas saltadas, el juego amoroso del amigo, las fotos de la novia, la dedicatoria sugerente y sobre todo la falta de respeto por la intimidad ajena.
Un beso.
El derecho a la intimidad es una regla escrita, incluso legislada. Implica proteger la libertad de pensamiento. Está muy mal invadir la intimidad. El protagonista no tiene derecho a quejarse. Porque ese descubrimiento lo hizo viendo donde no debía.
ResponderEliminarY Sonia tiene derecho de mandarle esa foto a quien quiera. Y de estar con quien quiera. Si hay una regla que dice lo contrario, está bien desobedecerla.
Al menos descubrió que su novia no merecía la pena en absoluto. Imagina que no lo llega a descubrir. Efectivamente y en este caso, que le den a la "privacidad"
ResponderEliminarUn besazo
Siempre saltarse las normas está bien... al menos un poquito.
ResponderEliminarAhora bien, después de saltarselas hay que asumir las consecuencias :))
Besos abisales
"La curiosidad mato al gato"
ResponderEliminarEn esta ocasión mató al amor y a la amistad de una tacada.
Un abrazo
Y esta aquello de ojos que no ven corazón que no siente,aqui falló
ResponderEliminarabrazo
Castigo merecido para ambos:uno sufrirá su curiosidad; otro no podrá decirse amigo.
ResponderEliminarLa curiosidad mató al gato :) Pero en este caso le sirvió para descartar una novia y un amigo.
ResponderEliminar:)
Esas no son normas de manual, ciertamente que no, creo que vienen implícitas en uno... respetar al amigo, no entrar sin llamar, no tomar lo que no es de uno, no meter las narices en correos ajenos... también viene implícito en uno, esa necesidad de hacer todo lo contrario ni bien la oportunidad se presenta.
ResponderEliminarCreo, que en este caso, Luis y Javier están a mano. Nada de respeto el uno por el otro, nada más que decirse el uno al otro. Y la tal Sonia, je! menos aún! Tu relato es una muestra de que hay veces que nadie respeta nada!!!
Besos! Linda semana:
Gaby*
Ups!!!
ResponderEliminarvaya, vaya que historia y es que poco a poco lo iba leyendo algo así me presentía eee al fin que la curiosidad mato al gato eee esto es mucho más que saltarse las reglas supongo
La irresistible curiosidad tiene sus pegas, ahora tiene un problema que no tenía. Una norma de oro, al ordenador ajeno no entrarás, es abuso de amistad. ¿Quién tuvo la iniciativa, Sonia o Javier?
ResponderEliminarCorto y genial, Mar, besitos.
Ellos rompieron las normas y él al romperlas los sorprendió, esto es igual que eso de que el que roba a un ladrón tiene cien años de perdón?, jejeje, porque digo yo que a ver como dice ahora que lo sabe!!!, jajaja, genial, miles de besosssssssssss
ResponderEliminarY Luis salió de la habitació cerró la puerta y decidió guardar silencio para no perder a su chica y a su amigo. Siguió rompiendo normas. Un besote
ResponderEliminarme confieso, padre...me confieso, he abierto el cajón de abajo de mi compañera y en él encontré...
ResponderEliminaray, hijo, eso no se hace..
sabes, mar, en más de una ocasión he hecho eso que me dices. admitirlo no sé cómo suena. a estas alturas me da igual. pero...uno reconoce que le encanta dejar sus cosas particulares a la vista, siempre a la espera de que nadie ose desplegar libros, pcs, abrir cajitas, etec...cuando llevaba un diario, nunca lo escondí. siempre di por hecho que nadie lo abriría. pero yo sí que abrí esto y lo otro...¿entonces? a arrear con lo que me tocara. no queda otra si uno es consecuente consigo mismo...
medio beso.
No hay que ser malpensados, seguro que eso tenía una explicación. Aunque ¿quién le manda mirar en las cosas privadas de otros? Un beso.
ResponderEliminarLa curiosidad trae problemas, el comprobar que su novia posaba lijerita de ropa...No se puede atentar la privacidad de las personas.
ResponderEliminarUn cálido abrazo
La norma sobre la privacidad de los correos está escrita y legislada. En tu relato hay toda una colección de normas no escritas como el respeto al amigo, la fidelidad, la confianza que han sido vulneradas por los tres protagonistas.En esta ocasión, saltarse las normas traerá sin lugar a dudas indeseadas consecuencias.
ResponderEliminarUn abrazo.
Nunca sale gratis meter las narices donde no nos han llamado,
ResponderEliminarel respeto hacia los espacios ajenos, es un signo de confianza hacia los que comparten nuestras vidas. Quizá la suerte quiso qué saltara por los aires esa mentira sostenida a tres...Por la falta de amistad, y lealtad que demostraron tenerse entre ellos.
Besos Mar.
La curiosidad mato al gato, pero al menos supo a que juego se estaba jugando y cuales eran las normas
ResponderEliminarUn beso
Eso le pasa por cotilla!
ResponderEliminarJajaja... la verdad es que hay normas no escritas pero que también se deben cumplir como bien dices al principio del relato.
No porque no estén en una ley escrita no son importantes.
A veces las normas de nuestra conciencia son vitales, pero claro, dentro de nosotros también está la curiosidad, y claro, ahí viene el dilema...
En este caso, se enteró de lo que no querría haberse enterado.
Besitos mediterráneos.
Estuvo mal lo del correo; pero sino lo llega abrir, su novia hubiera continuado engañándolo, así que en este caso fue bien.
ResponderEliminarUn abrazo
Mal, muy mal... el uno y el otro. Hay que saber lo que se quiere o desea y no jugar con quien te importa... o importó, a saber. Y por otro lado, no está bien fisgar porque es el principio del fin de la confianza mutua...
ResponderEliminarMuy bueno, real como la vida misma
Besos!!!
Uno rompe las normas de la privacidad y el otro las del respeto. Igual en este caso, aunque no se debe invadir la intimidad, me alegra que todo haya salido a la luz.
ResponderEliminarUn besote.
Dificil situación, me gustaria saber como la resuelve tu protagonista.
ResponderEliminarMucho tema para hablar.
Un abrazo.
El relato cierra perfecto.Narras muy bien el episodio. Ahora el resto de apreciaciones.... y bien, es cierto, cada uno le tocó su merecido, por ser víctimas de sus debilidades.
ResponderEliminarmuchos besosy buen domingo!!!
Hola Mar!
ResponderEliminarpaso a avisarte que el próximo jueves lo lleva juan Carlos, http://jwancarlos.blogspot.com.ar/
Un abrazo!
Eso le pasa por cotilla, por ir más allá de la simple curiosidad. Puede uno ser curioso en determinados terrenos y seguir adelante, en otros no, debes quedarte en el pensamiento de querer saber más. Como decía mi abuela, si quieres saber, pregunta. :)))
ResponderEliminarBesito y café.
Te he visto en el blog de San y sé que os encontraréis bastantes jueveros el próximo fin de semana. San me invitó pero me pilla lejos. Espero que lo paséis muy bien y que el tiempo también os acompañe :))
ResponderEliminarun abrazo
De acuerdo esta vez Luis no debería haber descubierto nada, pero tarde o temprano, se habría enterado de la libertad y complicidad que su amigo y novia o novia y amigo disponían e intercambiaban... creo que tenemos curiosidad por saber más, con todo lo que esto supone: a veces nos perjudica mucho, muchísimo.
ResponderEliminarun abrazo :))
me gustan los cuentos cortos como el tuyo
ResponderEliminarun abrazo
Me da que sin ningún remordimiento, pilló a un amigo que no era tal y a una novia que, en realidad, era una lagarta de cuidado.
ResponderEliminarB7s
HOla amiga
ResponderEliminarme alegro mucho de verte en blog de Brisa de Venus.
de veras estoy muy contenta por ti
una fuerte sonrisa y un gran abrazo
Que bueno!!!!
ResponderEliminarpara que veas que el corazón esta mejor sin meter las narices en los temas ajenos
y por otro lado..
Viva Sonia..
besitos
Tienes facilidad para escribir y describir los sentimientos, enhorabuena, abrazo.
ResponderEliminarEnhorabuena por tu blog. Besos.