Rosita no se atrevía a levantar la mirada del suelo. No se había estudiado las partes de la flor que el profesor mandó como tarea hacía varios días y ahora se veía en un apuro del cual no sabía como salir.
- A ver Rosita, mira la imagen de la pizarra y con el dedo índice marcas la parte que yo te diga- le decía don Luis entre caladas al Ducados que tenía en la mano.
Rosita levantó la cabeza y se encontró con una esquemática flor frente a ella.
- Señala el cáliz - dijo el profesor dejando el cigarrillo en el cenicero que ya tenía unas cuantas colillas.
- Pero don Luis, el cáliz está en la iglesia y se utiliza para consa...
- ¡Qué dices, niña! ¿Me estás tomando el pelo? - rugió el profesor con cara de pocos amigos
- Yo, yo no... El único cáliz de conozco es ese...
- Mira, siéntate en tu sitio y para mañana te traes la lección bien aprendida, que te voy a preguntar otra vez. Hoy, ya te has ganado un cero redondo como el mundo.
Don Luis, irritado con la respuesta de Rosita, rescató su Ducados del cenicero y se lo llevó a los labios.
- Me cago en las flores, en el cáliz y en todo lo que de menea... -bramó sin ninguna contemplación.
Los alumnos lo miraron atónitos al escuchar aquellas palabras y, tras unas décimas de segundo de desconcierto, rompieron todos a reír como posesos. Don Luis tuvo la mala fortuna de coger el cigarrillo al revés: dejó la boquilla hacia afuera y se llevó la candela a la boca.
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Tiempos de tabaco en las aulas, y de profes bestias ¿eh?.
ResponderEliminarSea inventado o real, una anécdota muy chula. Un abrazo
Eso nunca le hubiera pasado en estos tiempos sin tabaco y esa Rosita de tu historia hemos sido en más de una ocasión. Feliz inicio de septiembre, besos
ResponderEliminarHay que ver leyendote como se nota lo que ha cambiado la cosa, pero recuerdo ver fumar algún profesor en clase.
ResponderEliminarLa vida vista desde la distancia ha ido evolucionando.
Un abrazo y feliz noche.
Eso le pasa por fumar en clase!!! jajaja...otros tiempos! por fortuna hoy algo impensable
ResponderEliminar=) Un abrazo!!!
¿Extraño fumar en clase?. No es que fumaban los profesores, he visto calentar bocadillos en las estufas de carbón que había en el instituto.
ResponderEliminarClaro que hablo del año 1945.
Besos.
¡Se merecía quemarse la lengua por su mala uva!
ResponderEliminarMuy buen relato, Mar.
Besos jueveros
Sí. Le estuvo bien empleado!! jajaja!!
EliminarEso le paso por malo y ademas por fumar jajaja
ResponderEliminarPobre niña, que aguantarse un profe así.
Un abrazo :)
Entrañable relato que parece mirar al pasado, me ha gustado
ResponderEliminarUn saludo
Diría que lo tiene merecido, pero no es correcto, ¿no?.
ResponderEliminarAfortunadamente lis tiempos han cambiado.
Abrazo
Se lo tenía merecido por falto de pedagogía y buenos modales...ojalá la lengua se le haya hecho chicharrón..Besosss
ResponderEliminarFatal el profe, pero mal también Rosita. Mira que llamarse Rosita y no saber las partes de una flor. Verás cuando crezca un poco y no sepa dónde tiene sus cosas...
ResponderEliminarSaludoss, mar
Pues ahora que dices lo de Rosita, no había caído yo en ese matiz... jajajaja!!!
EliminarAl final les dió una lección de mala lengua. Tiempos aquellos en los que los profes fumaban en clase y tenían a los niños atemorecidos. Muy bueno, besos.
ResponderEliminarLo de rosita muchas veces suele suceder, aunque a veces alguien algunos de tus compañeros te puede salvar jajaja... y lo del fumar en clases me parece un poco extraño más si es un profesor dando el ejemplo, nosotros teníamos una profesora que fumaba mucho pero siempre fuera de clases
ResponderEliminarEs lo menos que se merecía.
ResponderEliminarSaludos.
ResponderEliminarFumar es perjudicial para la salud.
Al final Rosita salió del apurro.
Me gustó el relato.
Un placer leerte
Beso