Mar
Imagen tomada de Internet.
Se que esperas de mi que te diga una vez más "te perdono"; pero, hoy, te has equivocado. Se acabó. No te perdono porque me has lastimado. Mi corazón no merece tus desaires ni tus nulas atenciones. Has normalizado tanto lo que antes eran excepciones, que ya me da igual con quien andes o con quien pierdas la poca dignidad que te queda trasnochando por esos bares.
Son ya muchas las oportunidades que te he dado y sin embargo ninguna de ellas
has aprovechado. Así que ahora, vete, márchate de mi lado.
No se da la verdadera dimensión a esas dos palabras, de tanto decirlas y oírlas pierden su verdadero significado.
ResponderEliminarMuy buena decisión porque todo tiene su limite. Muy bueno, besos.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminarLos maltratadores, aún los psicológicos, suelen pedir perdón, para seguir maltratando. Hay que darse el piro y decir adiós.
ResponderEliminarUn abrazo
Se que es poco poético y literario, pero tras terminar de leer tu entrada lo primero que se me ha venido a la cabeza , lo escribo:..!y que te den!
ResponderEliminarBesos.
El perdón hay que darlo a quien se lo merece y si con ello, nosotros nos quedamos bien. Lo importante es darse la vuelta y a paseo.
ResponderEliminarUn beso enorme.
A veces hay que cerrar puertas, no queda más remedio, bien cierto es.
ResponderEliminarMe gustó tu aportación.
Besos enormes.
El primer paso para romper con un mal vínculo es animarse a decir basta! Un abrazo
ResponderEliminarGenial que la protagonista del relato se plante y diga que ya no va a perdonar más. Es muy valiente.
ResponderEliminarUn besazo, Mar
Una buena decisión, antes de que sea tarde.
ResponderEliminarUn abrazo