Frente
al espejo y en silencio afirmaba con la cabeza una y otra vez para
convencerse a sí misma de que había hecho lo correcto. Entre los
frascos de su tocador, faltaba uno: el que usó para guardar unas
gotas de denso perfume y la cantidad de éter etílico adecuada. Se
sirvió de tan singular mezcla para acometer la parte del plan que le
correspondía.
Con
los gestos delicados que su porte de gran dama le exigían, impregnó
su pañuelo con el líquido elemento y se lo acercó a su amigo a la
nariz con la excusa de oliera el nuevo perfume traído del lejano
oriente.
Despues
de inspirar varias veces, más por no desagradar a su amiga que por
el interés que el perfume le despertaba, cayó en el sopor que
precede al sueño y pronto quedó dormido. De detrás de la cortina
salió el fiel cochero de la dama y se lo llevó rápidamente con la
intención de deshacerse de él antes de que despertara.
Desquiciada
por los celos y por la rabia, planificó, con la complicidad
incondicional de su cochero, la desaparición del amante de su
marido. No podía tolerar aquella relación, pero sobre todo no iba a
consentir jamás que la noticia trascendiera y ser la comidilla de
las tertulias de media tarde en los salones de te.
Más relatos, en casa de Pepe
¡Ahí le dio!, el "quedirán".
ResponderEliminarPienso yo si no hubiera sido mucho más fácil abandonarlo y ya está, pero claro, el sentido de la posesión unido al sentido del ridículo y al miedo a ser la comidilla de todos, le hizo tomar la decisión más drástica. Pienso que los celos rebajan en cierta manera nuestro pensamiento lógico.
ResponderEliminarGracias Mar por tu aportación.
Un abrazo.
Se multiplican los amantes del mismo sexo en estos relatos jueveros.
ResponderEliminarSon efectivos para los desenlaces de los relatos.
Como es el caso de este, perfectamente construido.
Un abrazo.
El qué dirán está muchas veces por encima de todo. Capaces somos de cometer atrocidades por no sentirnos humillados ante la mirada ajena.
ResponderEliminarBesos.
El qué dirán está muchas veces por encima de todo. Capaces somos de cometer atrocidades por no sentirnos humillados ante la mirada ajena.
ResponderEliminarBesos.
Pobre amante....
ResponderEliminarCuntas muertes han causado los celos!!!´
Besos.
O sea, que el marido se la pegaba con un tipo y ella pensaba que eso no se podía saber...pues mira, yo creo que lo vi montado sobre un Veyron y encima faltándose con mi pobre buga, jajajajaja...
ResponderEliminarUn beso
Aquí hay más que celos...esto Mar da para un peliculón.
ResponderEliminarUn abrazo.
Son horribles los celos, y en este caso encima mata para tapar las apariencias.
ResponderEliminarUn abrazo
Los celos son terribles, pero en este caso prima más el que diràn, las apariencias. El ser humano nos sosrprede dia a dia por su gran complejidad .Muy buena entrada. Felicidades
ResponderEliminary saludos cordiales
En este caso no sabría decirte que prevalece, si los celos o esa distinguida y patética forma de guardar las apariencias en ciertos círculos que conozco bien.
ResponderEliminarBesos, Mar.
...El relato me recuerda a mis veranos adolescentes leyendo a Poirot...Me trajiste sabor a sal a los labios. gracias
ResponderEliminarOooh!!! Qué buenos recuerdos nos traen tu relato. Fue una Ventana Indiscreta memorable. Una historia llena de misterio, con un desenlace de película.
ResponderEliminarBesos y besos.
¿Celos o miedo al qué dirán? ninguna de las opciones justifican sus acciones. Un besote
ResponderEliminarLo primero es lo primero, hay que cuidar la imagen que luego dicen que una no lo vale...
ResponderEliminarMuy buen enfoque.
Un beso!!
Más que celos! Toda una situación enrevesada padecía esa mujer... y bue, tal vez su solución no fue la correcta, pero es lo que le nació, cuando nos cegamos, los impulsos carecen de control.
ResponderEliminarMe encantó el giro de tuerca que diste al relato... me has sorprendido con el final!
Besos:
Gaby*
Me gustó el relato. La verdad no esperaba ese final. La imagen con que lo acompañas se relaciona muy bien con la situación de ella ante el espejo preparando la loción letal.
ResponderEliminarUn beso:
Jime
Muy buen relato, pero yo creo que más que los celos lo que la impulsó fue el miedo al qué dirán.
ResponderEliminarBesos
Cometer un crimen para salvar la reputación me parece demasiado extremista, pero que hay mentes que lo piensan y lo ejecutan es real.
ResponderEliminarMuy buen relato.
Un beso.
Lo que me parece más terrible es que en distintas épocas, hechos como éstos se repiten; Infidelidades, engaños, traiciones, dobles vidas y asesinatos.
ResponderEliminarSi las personas fuesen más honestas y no viviesen con miedo constante sobre el qué dirán, sin duda, seríamos más libres.
Buen relato. Saludos.
Duele mas el engaño cuando la otra parte es del mismo genero.Mas poderoso que los celos es la humillacion.
ResponderEliminarUn beso
Interesante relato por la variante que aporta, pero en el fondo es más de lo mismo... los celos obnubilan, ciegan y sacan lo peor de nosotros convirtiéndonos en jueces parciales del caso.
ResponderEliminarBesos
Me alegra releer de nuevo este relato. Ya entonces me sorprendió tanto como ahora :)
ResponderEliminarun abrazo amiga
Excelente historia, bien escrita y empapada de misterio. Me ha gustado :)
ResponderEliminarEl miedo a las murmuraciones y los celos en una sola habitación... El asunto no podía acabar bien...
ResponderEliminarMe ha gustado el final inesperado.
ResponderEliminarUn beso.
Sobre todo salvarse de las lenguas viperinas. Como si eso fuese ya posible. Qué pérfida la dama.
ResponderEliminarBesos
¡¡Jopé!!...¡¡Menuda racha de relatos!!...jaja.
ResponderEliminarB7s
Esa "complicidad incodicional" del cochero me parece un poco sospechosa.
ResponderEliminarUn beso!
Deambulei por aqui.
ResponderEliminarE, desejo felicidades.
Manuel
Los celos esclavizan a quienes lo sienten y los obligan a cometer actos atroces.
ResponderEliminarUn besito
Excelente tu relato.
Cuando los celos aparecen se nubla la razón, algo así debió pasarle a la protagonista. El qué dirán pesaba…
ResponderEliminar-no iba a consentir jamás que la noticia trascendiera y ser la comidilla de las tertulias de media tarde en los salones de té.
Un cálido saludo
Una posibilidad no pensada es que los rumores continuen con más fuerza, con más hechos.
ResponderEliminarVaya, hay a quien no le sientan nada bien los cuernos!
ResponderEliminarBuen relato, ummmm! también lo recuerdo......
Besos Mar
Marinela