Natalia llevaba varios días en casa de su abuela Nadia y no veía el momento en el que llegaría su querida prima Isabel. Aquella mañana, se levantó más temprano que de costumbre, se puso su vestido blanco estampado con soles amarillos, muy acordes con la estación estival, y bajó a desayunar a la cocina a toda velocidad. Despues volvió al dormitorio y cogió la cajita marrón que el verano anterior le regalara aquel cuenta cuentos de aire bohemio y sombrero tirolés. De repenté oyó el claxon de un coche en el exterior y con una gran sonrisa en su cara, salió corriendo al encuentro de su prima Isabel.
Ya a solas, Natalia sacó la cajita marrón de su bolsillo, la abrió y le mostró su pequeño tesoro: tres bolitas multicolores. Isabel abrió sus vivarachos ojos negros y llena de curiosidad, cogió entre sus manos las tres bolitas.
Una era azul cristalino y cuando la miraba a contraluz, su color la transportaba al seno de un mar diáfano y sereno. Otra, era anaranjada y cuando la tenía en la mano, le transmitía el calor que tienen los colores que ocupan el espectro más calido de la paleta: rojos, dorados, granates, marrones... La última bolita era mucho más llamativa que las dos anteriores puesto que sobre un verde intenso, resaltaban diminutas burbujitas rosas, amarillas, rojas, violetas... A Isabel le pareció que un trozito de prado lleno de flores en primavera había sido metido en aquella pequeña canica de cristal.
Más colores, en casa de Lois y Clark
Tema: Aquarela - Toquinho
Yo tenía canicas!!!, y muchas!!! Y sí, es cierto, a parte de jugar con ellas, había algunas que te hipnotizaban cuando las mirabas fijamente. Ep, y las conservo y todo.
ResponderEliminarLa narración es buenísima.
Un beso
Eran preciosas esas canicas y dentro de ellas guardaban para mí, el Universo entero.
ResponderEliminarSoy de las que quedan extasiadas mirando cristales de colores!..me hipnotizan!jejeje (siempre digo que si estaba yo cuando Colón trajo a América sus "vidriecitos de colores", me conquistaba de inmediato!)
ResponderEliminarUn abrazo!
Que lindas son, todavía conservo un franco llena de ellas que son de la infancia y pasaron por varias manitas, que jugaron. Y si, parecen tener un jardín dentro.
ResponderEliminarAbrazo en colores.
Me parece precioso pintar la vida con colores... pero la imaginación de un niño, en este caso niña, de poder ver el prado con sus flores a través de una canica multicolor es pura magia.
ResponderEliminarNada mejor que una vida teñida de mil colores.
Nada de negro o gris.
Besos mediterráneos.
Yo tenía cientos de canicas llenas de magia...
ResponderEliminarDónde estarán?
Besos.
¡Qué recuerdos!
ResponderEliminarRecuerdo que mi padre nos las compraba en un quiosco -¡Sigamos el DRAE! cercano a casa. En lugar de jugar con ellas...¡Las usábamos como pequeñas joyas en los juegos de princesas!...jaja.
¡Encantador!
B7s
A mi me fascinaban los gajos de colores miles que estaban atrapados en el cristal.
ResponderEliminarTu narrativa es una delicia, Mar, colores en tus palabras que pintan una delicada infancia.
Besos.
me recuerda a mi niñez todo lo que cuentas, yo metía las canicas en un tarro de cristal y se me antoja que el mundo era bonito y de muchos colores. Ahora veo que cada vez se haciendo un poco más oscuro.
ResponderEliminarBESICOS.
Yo las perdía todas, pero me gustaba hacer "guá" y ganarlas y perderlas...
ResponderEliminarQué bonitos eran aquellos colores de la infancia!
Besos, Mar.
DUlce, soñador y colorido!
ResponderEliminarBesos abisales
Esos colores hipnotizantes producen un efecto optico de lo mas curioso. recuerdo como las canicas eran un tesoro mas que apreciado en mi ninyez y veo que sigue igual en la vida de mi hijo de 5 anyos...que tendran?
ResponderEliminarbesos y buen fin de semana
¡Llenos los bolsillos de canicas de colores conteniendo la belleza de la vida deberíamos llevar... y compartirlas, disfrutarlas....!
ResponderEliminarbesos
Pues no había visto la canción. Un guante, le va como un guante. Chiva, pie, palmo, tute y gua. Y te quilo la canica!!!
ResponderEliminarMe encantan las canicas, cuando era pequeña no me cansaba de mirarlas...
ResponderEliminarQué lindo el texto, esa imagen de que la canica era un trocito de prado lleno de flores me parece preciosa, mágica...
Un beso
Subsanado el error.
ResponderEliminarGracias por tu participación cristalina.
saludos x 2
Fijate, que bien que lo has expresado y es que yo sentía lo mismo, la de cosas que tenian que estar dentro de esas bolitas de colores, me ha gustado, por que ha expuesto en voz alta lo que yo sentía hace..
ResponderEliminarpues bien poquito..no??
jajaj
hace ya algunos añitos... besos Mar..
amo las cajitas guardianas de tesoros y sueños. Me has hecho pensar en aquella escena de Amelie Poulain...
ResponderEliminarAllí, en esas tres bolitas se encontraba todo un universo de colores con los que podía describir la vida.
ResponderEliminarMuy bonito
Un abrazo
QUE PRECIOSA IMAGINACIÓN, CUANTA DESCRIPCIÓN. ES QUE LOS NIÑOS LLEVAN LA FANTASÍA Y LA TRANSPORTAN A UN MUNDO SOÑADO.
ResponderEliminarYO TAMBIÉN TENÍA DE ESAS BOLITAS MULTICOLORES, POR AHÍ ENCUENTRO ALGUNA.
BESOS
Todo un mundo guardado dentro de tres canicas de colores, precioso.
ResponderEliminarUn abrazo.
Las canicas de colores siempre estarás en los sueños de los niños...supongo.
ResponderEliminarEs un relato genial y, sabes? guardo una bolsa llena de canicas aún
ResponderEliminarBesos
Un Universo de colores el que evoca la visión de esas tres canicas. Preciosa narración. He pinchado en Natalia y me ha gustado enormemente el relato titulado el intruso, dador de esa cajita tan mágica.
ResponderEliminarUn abrazo.
De niña me encantaban las canicas y aun las conservo. Eran como un preciado regalo. Tierno y entrañabla. Felicidades. Un beso
ResponderEliminarDe niña me encantaban las canicas y aun las conservo. Eran como un preciado regalo. Tierno y entrañabla. Felicidades. Un beso
ResponderEliminarMi hija tenía un profesor, que como premio por haberse portado bien en clase o haber hecho bien algún trabajo, les daba canicas. Era sorprendente como lograba estimularlos con esas bolitas de cristal. Desde luego a mi me encantan
ResponderEliminarUn abrazo
Lola
Ante todo, me encantó hallar a lemaki :))
ResponderEliminarEl globo de color que Natalia encontró en casa de su abuela Nadia y las tres canicas de colores mágicos que guardaba como un tesoro, constituyen una historia entrañable, tierna y sobre todo llena de luces animadas y luminosas.
Un abrazo amiga
Esas bolitas de colores que encierran mundos mágicos por descubrir!
ResponderEliminarPrecioso.
Un beso.
Es verdad, en tiempos, cuando aun se jugaba en la calle, teníamos las canicas, éstas eran bolas casi siepre llenas de colores que hipnotizaban cuando rodaban.
ResponderEliminarMe encantaba jugar con ellas.
Muy bonita y entrañable historia.
Un abrazo
Es una niña y mi respuesta fue de asombro: A., qué pregunta tan buena!!; les pedí a los demás si sabían la respuesta porque los compis también se quedaron sorprendidos. Solo se me ocurrió: bien, tenemos una duda y solo se resuelve buscando la respuesta en los libros de casa o de la biblioteca, en internet, en enciclopedias... y ayer viernes trajeron información sacada de internet, una enciclopedia para ver y leer más sobre el universo, otra niña copió del móvil de su madre la respuesta correcta y otra niña trajo: en una tapa, una bola pequeña blanca que representa la luna y otra bola azul y marrón pegada en el centro de la tapa que representa la Tierra y pudimos comprobar como la Luna nunca llega a caerse porque está continuamente girando alrededor de nuestro plante y atraída por la gravedad, como si estuviera atada por una cuerda a la Tierra...
ResponderEliminarfue muy interesante, de veras M.
Un beso :))
El mundo atesorado en una cajita, cada canica con una parte de él, mostrandolo a través de su color, irisando y llevando la imaginación fuera de todo límite.
ResponderEliminarMe encantó tu relato es suave y delicado.
Un abrazo.
Un gran tesoro de maravilla de colores, en aquellas bolitas un mundo lleno de vida
ResponderEliminarbonito relato de colores...que trajo dulces recuerdos a esta noche de sabado....
ResponderEliminarUn abrazo...¡¡¡
Déjame que te cuente
www.dejamequetecuente.net
Me ha gustado tu texto, tierno y entrañable. Próximo, porque todavía incluso hoy guardamos recuerdos en los que el color es esencial.
ResponderEliminarBesos
descubres la relación evidente entre colores y juego, entre la realidad extraña de esas canicas al contraluz y el recuerdo, tan bien compartido.
ResponderEliminarUn caleidoscopio, en eso pensé y en eso me quedo, mirando a través de tus preciosos colores!!!
ResponderEliminarbesos
Hace falta tan poco para hacer volar la imaginación de los más inocentes. Bonito relato lleno de colores.
ResponderEliminarUn abrazo
Me encanta la conjunción de música y relato. El relato precioso, traslada esas sensaciones de descubrimiento, de ilusión de los niños.
ResponderEliminarBesos y perdona el retraso, creo que aún voy por la mitad de relatos.