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Las cigarras cantan incansables al
calor sofocante de una tarde de verano. El viento duerme la siesta
hasta que el sol implacable se oculte en el horizonte y lo deje
salir. En el jardín hay un grajo que con el pico y las alas
abiertas, mira con tristeza el agua del estanque.
La niña, observa
en silencio al ave, expectante por ver cuanto tarda en lanzarse al
agua para beber y refrescarse. Pasan los minutos y el grajo no se
decide ni a lanzarse al agua, ni a beber. La niña, impaciente se
vuelve hacia su abuelo e interrumpiéndole su lectura le pregunta:
- Abuelo ¿que le sucede al pájaro
que no bebe?
- Es un grajo, y los grajos no beben
agua en verano – respondió el abuelo
- ¿Por qué, con el calor que hace?
- preguntó la niña
- Te voy a contar la historia de por
qué los grajos no beben agua en verano.
“ Noé, mandó salir a uno de los
grajos que llevaba dentro del arca para que explorase el exterior y
le dijera si ya era posible salir del arca. El grajo partió y no
volvió. Noé, cansado de esperar, mandó esta vez a una paloma para
la misma tarea. Pasadas unas horas volvió al arca y le dió la
respuesta a Noé.
Dios, que todo lo ve, enfadado por la
desobediencia del grajo, lo buscó y le dijo:
- ¿Por qué no has vuelto al arca
de Noé, grajo?
El grajo no contestó.
- Mereces un castigo por tu
desobediencia, así que elige entre ir sin plumas en invierno o no
beber agua en verano.
El grajo escogió no beber agua en
verano. ”
Relato escrito para la convocatoria del blog Lugar de encuentro
Para la religión "judeo-católica" y leyendas adjuntas, todos los castigos son eternos...¡qué crueldad!
ResponderEliminarLos castigos sirven si con ello se corrige una conducta, si son eternos, pierden sentido y son, simplemente, venganza
Flaco favor hacen estas leyendas al dios y religión de turno, obviamente. Mariajesús, los castigos indefinidos, pierden su valor y como dices son venganzas.
ResponderEliminarEn la escuela me enseñaron de un dios que premia a los buenos y castiga a los malos y si eso es así, digo yo que dios conmigo se ha equivocado totalmente.
Bss.
Curiosa leyenda. ¿Es cierta? quiero decir, ¿realmente no beben los grajos?
ResponderEliminarInteresante en cualquier caso.
Saludos.
Que terrible castigo sería ese!!! yo desde luego habría elegido no tener plumas, no nos dejes con la duda, niña!, que yo sepa los grajos si beben, es más es famosa la fábula de Isopo que cuenta que un grajo llenó de piedras un agujero que tenía agua en el fondo por no llegar a beber o algo así, y esa si que me la creo porque los grajos son pájaros muy listos!!!!, miles de besossssssssssssss
ResponderEliminarHola!...bienvenida a nuestros jueves!
ResponderEliminarInteresante leyenda que invita a meditar...me sumo a la reflexión de Ma Jesús sobre la diferencia entre castigo corrector o vil venganza.
Saludos jueveros desde el sur.
(o simplemente que la historia inventada de dios es como cualquiera de las demás leyendas, una narración inventada tantas veces repetidas que la conocemos bastante bien; es otra opinión más...).
ResponderEliminarNo sabía que los grajos beben un pequeño porcentaje de agua en verano y que Noé le pidió que explorase el exterior.
Un buen relato. De ti no esperaba menos :))
Un abrazo :)
Apostaría a que era un grajo esquimal, claro, así cualquiera. otro grajo hubiera cantado si se lo pregunta a un idem sahariano.
ResponderEliminarMuy original la idea que has tenido en un contexto tan general como es el tema del calor. Sí señora.
Un beso
Que agobio... pobre grajo
ResponderEliminarNo imagino castigos para la eternidad :(
El relato es estupendo, desde luego nos hace pensar en el calor... tengo sed jajaja
Besos abisales
Juan Carlos, es leyenda y como tal poco tiene de real. Supongo que un grajo beberá agua cada vez que el cuerpo se lo pida, independientemente de la época del año :)
ResponderEliminarSe bienvenido a La Bitácora.
Saludos!
Susurros de Tinta, yo no habría elegido ni una cosa ni la otra, me habría declarado en rebeldía! jajajaja! Conozco la fábula de Isopo y es el contrapunto a esta leyenda. Supongo que los grajos beberan agua en verano, como todo ser vivo.
ResponderEliminarBienvenid@ a La Bitácora.
Saludos!
Un verdadero placer haber aterrizado en este blog.
ResponderEliminarYo no sé si hubiera elegido no beber pues no soporto calor, en cambio, el frío me resulta más llevadero. Pero la decisión era del grajo...
Precioso e inspirador relato que da que pensar
Gracias, Esi. Digo como tu, que la historia de dios es otra historia inventada como tantas otras. Cada uno puede creersela o no.
ResponderEliminarYo creo que beben, por mucho que su dios se lo prohibiera :))
Bss.
Pd: lo de la foto, no lo sabía. Para la próxima, lo tengo en cuenta.
Jajaja! Valaf, seguro que era uno siberiano y que llevaba anorak y todo!
ResponderEliminarLa verdad es que un tema tan general como el calor no me daba mucho juego para inventar algo, así que se me ocurrió este enfoque.
Bss.
Abismo, ya volviste de los los parises? Allí seguro que has tenido tanto calor como por nuestras tierras. Anda, ve a la nevera y tómate un refresco!
ResponderEliminarBss.
Mª Jesús, el grajo era libre de elegir entre lo malo y lo peor... pobrecito :(
ResponderEliminarGracias por tu visita y se bienvenida a La Bitácora.
Saludos!
Excelente aporte de los Jueves y bien abordado para la temática que se impone. Muy original, no conocía la leyenda de los gajos, coincido con lo que expusieron acerca de los castigo de los dioses, en este caso parece más un mito griego. Saludos y bienvenida a esta convocatoria.
ResponderEliminarVaya, parece que todos vosotros estáis acalorados.
ResponderEliminarTe ha quedado muy bonita la metaficción creada con motivo de la leyenda. Me ha encantado.
Besos
Gracias Luis. Bienvenido a La Bitácora. Se me ocurrió contar la leyenda de los grajos aprovechando el calor veraniego que estamos pasando :)
ResponderEliminarSaludos!
Mientrasleo, que nos ha dado por participar en el relato de este jueves que va de eso, de calor. Y para colmo esta tarde se me ocurre ponerme a hacer un bizchoco... ¡ya me vale!
ResponderEliminarBss.
Las historias que circulan, míticas leyendas o como sea, siempre vienen a demostrar algo: en este caso, que algunos castigos vienen demasiado cargados! Un pobre pajarillo que con su par de alas se tomó las de San Diego (hubiera hecho lo mismo si las tuviera), que se quede sin beber agua... pobrecillo! De todos modos calculo que no hay animal que no se adapte a las circunstancias, tal vez tenga la cualidad de no necesitar agua por habitar en zonas áridas... La cuestión es que nos enredamos en el ave en cuestión y, quedó como un poquito aplazado ese contacto niña-abuelo, tan tierno. Es que los abuelos, siempre tienen una historia que compartir guardada en el bolsillo!
ResponderEliminarBesos al vuelo!
Gaby*
¿Es verdad que no beben en verano? Pues no lo sabía... cosas curiosas tiene la naturaleza ( o los castigos divinos :))
ResponderEliminarbesos
precioso no conicia la leyenda, creo que yo tambien me revelaria, contra el calor y contra todo aquel que me diera a elegir por algo, va un castigo, yo me pregunto de que sirven los castigos , un besazo
ResponderEliminarLas leyendas tienen ese misterio entre lo real e imaginado, porque ahí juega la conveniencia del tiempo en que se creo, y el tiempo las va modificando conservando solamente su estructura original.
ResponderEliminarEnseñanzas que muchas veces pueden ser generadores de castigos no merecidos.
Me gusto.
Un abrazo y bienvenida.
Bienvenida, no digo calurosa para no abundar en el tema, a los jueves, te unes a un grupo de amigos y amigas con ganas de meter letras y algo más amistoso, cada jueves.
ResponderEliminarEl Dios bíblico se distingue por sus castigos terribles, pecado original, en este caso; no beber o sin plumas, elegir entre dos males eternos, lástima de oportunidad divina perdida para hacer valer aquello llamado compasión tan cacareado.
Terrible leyenda para la niña inocente, no la conocía pero casi prefiero a los grajos que a las palomas esas tan bíblicas y divinas.
Un besito cariñoso y hasta pronto, me dejaste un buen relato, para reflexionar y mucho.
Bienvenid@ Gaby a la Bitácora.
ResponderEliminarLas leyendas, que pasan de una generación a otra, aunque algunas se pierden en el camino :)
Quizá la niña y el abuelo retomen algún relato :)
Gracias por tu comentario.
Bss.
Un relato muy original para tocar el tema del calor...;)
ResponderEliminarEn cuanto al castigo y la culpa, me da que tocamos la fibra de nuestra cultura con raíces judeocristianas.
Freud habló del "Malestar en la cultura" y tú tocas uno de los bozales que explican ese malestar.
B7s
De Cenizas, yo creo que si beben, pero nunca lo he comprobado expresamente. La leyenda, leyenda es.
ResponderEliminarBss.
Marife, dicen que nunca te acostarás sin haber aprendido algo nuevo no?
ResponderEliminarYo que el grajo, no habría elegido nada (ni las plumas, ni beber), le habría plantado cara a dios y le habría dicho "¿y tu quien eres para castigar despues del diluvio que has mandado? ¿te parece poco?"
Bss.
Cecy, bienvenida a La Bitácora. Cierto es que las leyendas van perdiendo ciertos matices coforme pasan de boca en boca, pero el significado se preserva (a veces)
ResponderEliminarSaludos!
Bienvenida Natalia a La Bitácora. Muy buena tu apreciación sobre hacer valer el sentimiento de compasión y perdonar al pobre grajo.
ResponderEliminarGracias por tu comentario.
Saludos!
Gracias, Mari!
ResponderEliminarLas religiones aprovechan cualquier hecho para arremeter y sembrar los miedos en la gente si se "porta mal".(Habría que ver que es portarse mal para las religiones)
Bss.
Me has hecho sentirme niño.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho.
Besos.
Bienvenida, Marta. El grajo debería haberse declarado insumiso y no elegir na de na.
ResponderEliminarSaludos!
Toro, las leyendas que nos contaban de chicos.
ResponderEliminarBss.
Seguro que el grajo no era andaluz, porque de serlo pide quedarse sin plumas. Desde luego, eso de castigar de esa manera tiene guasa.
ResponderEliminarBienvenida Mar a este grupo juevero.
Besos.
Bienvenida Mar a este grupo y gracias por compartir esta hermosa fábula o leyenda o como se llame, que no había escuchado nunca. Gracias por compartirla y te esperamos el proximo jueves.
ResponderEliminarUn beso
me dejo con mucha curiosidad la historia ya que nunca la había escuchado
ResponderEliminarSiempre he creído que para ser Dios, es muy cruel...
ResponderEliminarBesos, Mar.
San, bienvenida a la Bitácora. Comparto contigo lo de sin plumas y más con el calor que estamos padeciendo otra vez por estas tierras.
ResponderEliminarSaludos!
Muchas gracias a ti Mª Jose por pasar por mi casa y por hacernos partícipes en tu convocatoria semanal. Estaré el próximo jueves, si se me ocurre algo sobre el nuevo tema.
ResponderEliminarBss.
María, bienvenida a la Bitácora. Mira, otra cosa que una aprende antes de irse a dormir :)
ResponderEliminarSaludos!
Sí, Zarzamora, si tan bondadoso es dios, debería haber perdonado al grajo.
ResponderEliminarBss.
Bienvenida a los jueves!
ResponderEliminarNo conocía la leyenda de los grajos, me ha resultado muy curiosa; de los castigos divinos pues ya está todo dicho.
Nos seguimos leyendo.
Besos
Gracias, Teresa. Se bienvenida a La Bitácora. Leyenda curiosa, como todas y cruel como pocas.
ResponderEliminarSaludos!
Podría creer tal vez en un Dios de bondad, pero en un Dios justiciero que base su dominio sobre los humanos en premios y castigos se me hace intolerable e indigno de creer en el.
ResponderEliminarMe ha gustado la leyenda del desobediente grajo.
Un abrazo.
Oye mar.... ¿de qué era el bizcocho?
ResponderEliminarBesos :))
Pepe, bienvenido a La Bitácora! Pues eso, que si dios es tan bondadoso, mi pregunta es ¿por qué no perdonó al grajo y le dió otra oportunidad?
ResponderEliminarSaludos!
Mientrasleo, el bizcocho de los fáciles: yogourt, huevos, harina, aceite y azúcar. Le añadí manzana y virutas de chocolate por encima. Lo malo, la calor que hacía en la cocina con el horno en marcha.
ResponderEliminarCreo que en el comentario de tu blog, se me han quedado los huevos fuera de la receta :P Sorry!
Jajajaja verás, te comento medio secreto. No puedo tomar productos lácteos, es decir que los postres se quedan en fruta y algunas tartas específicas. Lo que nadie me quita es que me guste el olor, así que los cocino en cuanto tengo opción.
ResponderEliminarSupongo que he pasado de "comer con los ojos" que me decía mi madre cuando me servía mucho en el plato a "comer por la nariz" (escrito suena fatal en ambos casos.
Gracias!!!
Besos
Puedes sustituir leche/yogourt por soja. Es una opción de hacer un bizcocho sin lácteos.
ResponderEliminarBss.
Pd: hay que ver por donde van nuestros comentarios :D
No conocía la leyenda, pero me parece muy cruel, como todos los castigos que aplicaba Dios según la Biblia.
ResponderEliminarNo creo que exista un ser tan cruel y que tenga capacidad de amor al mismo tiempo. Algo está mal en este Dios creado por el hombre. Pero eso es otro tema en el que no me quiero extender.
Un beso.
Sindel, bienvenida a La Bitácora.
ResponderEliminarLeyenda al fin y al cabo, pero que pone de manifiesto lo injusto de esos dioses que nos enseñanban en la escuela.
Saludos!
Bienvenida Mar, al grupete, un grupo donde cada uno regala un punto de vista casi siempre distinto.
ResponderEliminarTe comprenden las generales de la ley, y tienes tu destaque con esta leyenda que resulta sumamente entretenida.
Muy linda la ilustración también.
Un fuerte abrazo juevero.
Bienvenida Cass a la Bitácora. Hay tantos puntos de vista diferentes sobre un tema como las personas personas que escriben sobre él. Y eso es muy enriquecedor.
ResponderEliminarNos leemos el jueves.
Saludos!
Interesante relato Mar, entretenido e instructivo, como son las leyendas que nunca se saben si son verdad, ja!
ResponderEliminarTe doy yo tambien la bienvenida a los jueves, yo por mi parte participe este jueves aunque no fui enlazada sino hasta última hora, asi que no faltará oportunidad para que nos juntemos nuevamente en este espacio
Abrazo
Gracias Ceci. Bienvenida tu tambien a mi casa. Nos leemos.
ResponderEliminarSaludos!