Estamos de cuarentena (¡vaya novedad!); siendo rigurosos, estamos de cincuentena y pasada. Ya sabemos por activa y por pasiva que hay y que no hay que hacer. Depende de nosotros y de nuestras buenas prácticas salir del confinamiento.
En la calle donde vivo, todos los vecinos nos portamos muy bien (y yo la primera); así que no hay necesidad de denunciar a nadie. Y este comportamiento tan cívico y ejemplar no es de ahora, que estamos con las "leyes estrechas" (como diría mi padre); no.
La cosa viene de atrás, desde que la señora Marcelina enviudara años ha. ¡La que nos cayó encima! En cuanto cerró el duelo, la buena señora que se aburría sobremanera en casa, empezó a patrullar calle arriba y calle abajo tomando buena nota de lo que veía y, al día de hoy, de lo que sigue viendo, desde el balcón. Y como no tiene pelos en la lengua y tampoco la mete en paladar, te pone de vuelta y media cuando se le cruzan los cables.
Más derechitos que una vela nos tiene desde entonces. Nadie quisiera (quisiéramos) hacer nada que enojase a la señora Marcelina; por eso, en estos días más que nunca nos guardamos muy y mucho de esa mirada escrutadora que desde el balcón nos vigila cada movimiento.
Me ha recordado una vecina de mi infancia, no sólo era mandona y controladora, sino que además muy grosera jajaja...imponia miedo me que respeto y a toda la calle tenia cortitos en temas como horarios para la sacada de basura y otras cuestiones. Eso si, se reservaba para ella el derecho de excusarse cuando lo consideraba más cómodo. No siempre predicaba con el ejemplo 😀😀 un abrazo Mar
ResponderEliminarA las "viejas del visillo" habría que confinarlas con las ventanas cerradas y unas gafas de realidad virtual donde se proyectaran todas las fechorías que hicieron ellas, y sus familias, desde que asomaron la nariz a este mundo. :)))
ResponderEliminarBss
Se parece a la vieja del visillo, ¡caramba! Vivir, no sé si vive pero que no deja vivir también :-9 Debe saberse la vida de cada uno hasta en el más pequeño de los pecados :-)
ResponderEliminarUn beso muy grande.
Pues la señora está sacando rédito a su costumbre de fisgonear, eso es como tener un policía municipal en tu calle, fiscalizando :-)
ResponderEliminarEso, a portarse bien, aunque ella se mude, que no será :-) Un abrazo
En mi tierra las llaman "metomentó".
ResponderEliminarMe temo que es una especie a extinguir, sobre todo en las ciudades.
Besos.
Suele a ver vecinas de estas en todos los lugares, que vigilan tras las ventanas.
ResponderEliminarUn beso enorme.
Que molesta puede ser esa clase de personas.
ResponderEliminarSaludos.
Pues no debe ser nada sencillo vivir con una persona que se muestra amargada de por vida ..Hay que tener civismo pero no esclavitud ..
ResponderEliminarUn fuerte abrazo y aunque a veces son necesarias no es justo para un vecindario tener personas tan tan severas ..Buen fin de semana .
En todos los barrios hay señoras tras los visillos (o señores) pero hay un sistema infalibre: ignorarlos. Muy buena descripción, besos.
ResponderEliminarSe llaman Gestapo de balcón..
ResponderEliminarEs como la autoridad del barrio, pasará de denunciar a juzgar y etc...
La democracia nos protegía del vecino, esto nos retrotrae mucho tiempo atrás..
besos de paz
S