Se acercó a él. Con suavidad le fijó el cuello almidonado sobre la tirilla. Quedó perfecto sobre la camisa blanca. Después cogió los gemelos en la mano y los agitó un poco antes de ponérselos. Le gustaba oír el tintineo del noble metal del que estaban hechos. Se los puso y dió un paso atrás para observarlo desde otra perspectiva.
"Está guapísimo", pensó para sí misma mientas sentía en el estómago el cosquilleo de miles de burbujas y adivinaba en él una inmensa alegría. Sus ojos chispeantes lo delataban, y eso no pasa desapercibido para una madre.
-Gracias, mamá, eres la mejor, no te puedes ni imaginar lo contento que estoy - le dijo él soltándole un lábil beso en la mejilla.
- Anda, no seas zalamero
y ponte la chaqueta- dijo ella dándole la espalda para que su hijo no
viera el torrente de emociones que se le venían a la cara.
- ¿Zalamero con vos, madre?- preguntó soltando una carcajada- Eso nunca. Reconozco, eso sí, que he sido algo malote a ciertas edades, pero nada fuera de lo normal.
- Eso es cierto -sonrió la madre abrazando a su hijo, dejándose llevar ambos por un oleaje de sentimientos lleno de cariño-
Vamos, no debemos demorarnos más que a este paso quien va a estar
esperando en el altar será tu novia... Y en otro orden de cosas, no te
olvides que no puedes tomar nada que lleve ajonjolí.
Nota: las palabras en negrita son de obligada inclusión en el relato de esta semana.
Más corazones contentos en casa de San
¿y dentro de diez años? Ojalá también haya corazones contentos.
ResponderEliminarRediez, qué bonito, QUÉ BONITO!!!!!!
ResponderEliminarSí señora!!
No sólo es alegre, además te pone de un ligero tontorrón, por lo sensible que es lo que has escrito. Muy bueno, Mar.
Un beso
Algo distinto a los acostumbrado, pero sin perder su esencia como escritora. Me agrada que escenas tan simples las pueda describir de forma tan llamativa. Nos ha hecho compartir esa alegría de los personajes.
ResponderEliminarHermoso y tierno a la vez. Tu relato rezuma vida sana por los cuatro costados, amor filial del que ya no se estila, pero que es el auténtico.
ResponderEliminarMuy bueno, de verdad.
Saludos entrañables
Reto superado.
ResponderEliminarY muy bien además.
Besos.
Ojalá ese corazón permanezca contento por siempre: el del hijo, el de la madre...
ResponderEliminarBesos
Esa recomendación última de la madre, recordándola al hijo que no debe tomar ajonjolí,(aparte de cuadrar el número de palabras exigidas, por parte de la autora), viene a demostrar que nunca dejara de ser madre y preocuparse por su hijo.
ResponderEliminarBuen relato.
Un abrazo.
me acuerdo que un día soñé con casarme. recuerdo que un día soñe con casarme en algún lugar lejano, alejado, perdón, de una iglesia, un lugar que represenatra algo para ella y para mí. recuerdo que un día soñé con que tan sólo ella y yo seríamos los "curas",los que diríamos las palabras que se deberñian de decir, si es que había alguna por destacar. recuerdo que mi matrimonio, de haberse celebrado, lo hubiera sido de ambos solos y para con nostros solos...lo que nos teníamos que decir sería cosa nuestra..
ResponderEliminarrecuerdo que no me he casado y que ya no me casaré...
medio beso.
muy lindo, algo tan hermoso como una madre y su hijo en esas circunstancias Mar ¡te felicito!
ResponderEliminar;) Me da que me sucederá algo parecido -¡¡Dos chicos!!...jaja.
ResponderEliminarB7s
Sorpresa final con ese consejo de última hora que pinta de cuerpo entero a una madre que nunca deja de preocuparse y aconsejar a su hijo! jejejee
ResponderEliminarUn abrazo
Muy bonito el relato, cómo refleja el amor entre un hijo y una madre.
ResponderEliminarBesos.
Precioso Mar, cuanta ternura muestra. Así es el amor de una madre, llegando hasta el último punto y aparte.
ResponderEliminarUn abrazo contento y agradecido.
El amor de madre lo entiendo, pero lo del ajonjolí, no lo tengo tan claro. Un beso.
ResponderEliminarJoooo... debe ser un momentazo bufff
ResponderEliminarIgual algún día me toca jajaja (y entonces lo cuento)
besos abisales
Tierno como ese beso en la mejilla, que a las madres nos hacen tan pero tan feliz, y sus zalamerías, también!!!
ResponderEliminarPrecioso!
Un abrazo:)
Pd: te llevaste la ventanita? :)
Algunos de tus comentaristas no creen que esta alegría sea duradera. Yo creo que no hay que mantener en conserva las emociones vividas, sino vivir nuevas cada día.
ResponderEliminarBonito relato.
Un saludo.
Cuando uno se casa se cree a pies juntillas que es para toda la vadia...demosle a los personajes de tu relato el beneficio de la duda. Seran felices.
ResponderEliminarUn beso
Un relato tierno y dulce que me ha encantado como está escrito. ¿El chico era alérgico al ajonjolí? Porque no me cabe esa precaución de la madre.
ResponderEliminarUn abrazo grande, guapa.
Cuando un hijo se va, las emociones salen por todos los poros, porque una nueva etapa comienza. Muy bien descrito.
ResponderEliminarUn abrazo
Ay! qué momento! No imagino aún el día que me toque... (solo que en mi caso es chica), pero sin dudas la emoción dejará en mí, mucho más que el corazón contento!
ResponderEliminarMuy buen relato que si bien va dando pistas, solo al final se descubre cuál es el tan especial evento. Muy bueno!
Besos!
Gaby*
Bonito relato, has hilado perfectamente las palabras, una historia cotidiana de una madre con su hijo.
ResponderEliminarBesicos.
El amor es el principal ingrediente en la relación de una madre con sus hijos...y desde luego, dá igual los años que los hijos cumplan, las madres siempre queremos que nos dejen un pequeño espacio en su tiempo.
ResponderEliminarBesos guapa.
Un recuerdo: los gemelos, cuanto iempo hace que los olvidé y creo que los llevé a mi boda.
ResponderEliminarUna pregunta: ¿trae mala suerte el ajonjolí?
A parte de ello, muy bonito momento el que has narrado en este relato.
Besos.
Especial el momento y tan rico en emociones que caben las 12 y más.
ResponderEliminarBesos
Urticaria, angioedema, rinitis alérgica, asma, dermatitis atópica e, incluso, anafilaxia. Todos estos son los síntomas de quienes son alérgicos o intolerantes al sésamo. ¡Como para no avisar!
ResponderEliminarRelatas ese instante imprimiéndole mucha ternura. :)
Besos, Mar.
Las madres, al final... siempre el consejo-recuerdo práctico :)
ResponderEliminarComo decía aquél: "Me implantaron células madre y desde entonces siento una voz interior que me dice continuamente: abrígate que hace frío"
Bss
Incluso en ese momento de emocionado orgullo, la madre, por encima de cualquier otra cosa, sigue siendo madre. Creo que es genético. Historia plena de ternura.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es un momento único tanto para los protagonistas como para los padres. Tu elección es perfecta, totalmente original M. y siempre encantadora :))
ResponderEliminarun abrazo
(jajaja
ResponderEliminarsi profe, en aquella película alguna tenía que morir para que la otra sobreviviera :))).
un beso
Esilleviana
Incluir tantas palabras en un micro, y conseguir que tenga fuerza, emoción, coherencia, sentido, y elegante es difícil. Mi más sincera felicitación, Mar. Te ha quedado genial.
ResponderEliminarAbrazos desde mi azul mar :)
La emotividad del relato se intuye en cada gesto y palabra de la madre a su hijo en un día tan especial como el de su boda.
ResponderEliminarUn cálido abrazo
LAS MADRES SON UNICAS.
ResponderEliminarAJONJOLÍ NO SÉ LO QUE ES.
PRECIOSO TEXTO, MUCHA CREATIVIDAD CON LAS PALABRAS.
BESOS
Hola, Mar.
ResponderEliminar¡Qué bonito y qué tierno! Así imagino yo a mi suegra (mujer maravillosa) el día que acompañó a su hijo al altar...
¡precioso, de verdad!
Un beso.
Tu relato es de una ternura conmovedora. Tengo dos hijos varones, uno ya se casó, y revivo ese día especial, con el tintinear de los gemelos de tu personaje!
ResponderEliminarun fuerte abrazo.
HOLA QUERIDA AMIGA
ResponderEliminarGRACIAS POR PASAR A TOMAR ESTE TÉ SIMBOLICO QUE PREPARO PARA TODOS USTEDES CON EL AMOR DE SIEMPRE. UN PLACER RECIBIRTE.
BESOS GRANDES.
PD YO SIEMPRE DIGO QUE CON LOS BLOGS NOS ENRIQUECEMOS PUES APRENDÍ LO QUE ES EL AJONJOLÍ. GRACIAS POR COMPARTIRLO.
Sus ojos chispeantes lo delataban, y eso no pasa desapercibido para una madre.
ResponderEliminarEl mejor regalo para una madre es ver unos ojitos así.
Que bonito relato, amiga.
Ya he puesto en mi rinconcito tu Mimo.Gracias!!.
Que tengas un maravillosos fin de semana.
Madre solo hay una...
ResponderEliminarhasta en el altar.
Besos,Mar.