Sentado en la sala
espera, aguardaba. Había otros compañeros que también esperaban y mientras tanto charlaban entre ellos. Uno llevaba el brazo derecho en
cabestrillo, otro un collarín fijándole las cervicales, una mujer
joven embarazada aquejada de una lumbalgia que a duras penas le
permitía moverse... El no llevaba nada que exteriormente mostrara
su dolencia, porque lo que a él le pasaba ni se curaba con
analgésicos ni se corregía con aparatos.
Llegó su turno para que
el inspector médico lo atendiera y ya en la consulta, después del
saludo de cortesía,
- Observo que lleva
usted un mes de baja por depresión, ¿que ha ocurrido?
- Mi madre falleció
hace dos meses. Después de los días de permiso por fallecimiento,
me incorporé a mi trabajo. Intentaba sacarlo para adelante, pero
esta tristeza y desamparo que siento en mi interior, no me deja, me
desborda. No me sale la voz de dentro porque un nudo en la garganta
me lo impide, y así no puedo atender mi puesto de trabajo.
- Ya. Es normal que un
padre, una madre, antes o después se nos vayan. Y tenemos que estar
preparados para eso. No podemos hacer de una pérdida que es ley de
vida, un mundo. Debes retomar el día a día e incorporarte a tu
labor - repuso el inspector.
- ¿Cree usted que no
lo intento? ¿Cree usted que porque el dolor que yo siento no se ve
como se ve una pierna escayolada ya no es dolor? Ya me gustaría a
mi tener una dolencia física y no roto mi interior.
Más historias en casa de Lucía
Hola, Mar.
ResponderEliminarTemendo relato.
Nunca he pasado por una situación similar pero entiendo al protagonista de la historia. El dolor del alma es el peor dolor de todos.
Un beso.
Como la vida misma, la tragedia de los que se van y no vuelven y que se llevan tanto de uno mismo...
ResponderEliminarPues sí. Tiene razón. Si el dolor físico es imposible de medir,mucho menos lo es el dolor espiritual. Imposible al cuadrado. Qué sabe nadie...
ResponderEliminarBesos
Si pudieramos saltarnos alguna que otra página, un párrafo, una frase del libro de la vida... duele tanto que hasta el alma se abraza para no estar sola.
ResponderEliminarBesos
Para esa herida no hay tiritas.
ResponderEliminarPues hay que seguir intentándolo... y si se necesita ayuda, se necesita, pero hay que intentarlo ¿no?
ResponderEliminarBss
Toda la razón para él, las depresiones, mal de nuestra época,son tan difíciles de ver que muchas veces se juega con ellas y no es para nada un juego en la persona que las padece.
ResponderEliminarConviene ir preparando a los hijos para la despedida final, hasta el nacimiento, por su propio bien. Aunque resulte difícil. Ya estoy haciendo esa labor con mis nietos. Bss.
ResponderEliminarQuería decir "desde el nacimiento".
ResponderEliminarme has traído a la memoria a un tipo que he escuchado en un programa de la dos de rtve. este tipo defiende que INCLUSO EL EHCHO DE QUE SE MUERA UN JOVEN, Y SI TÚ QUIERES UN NIÑO, ES NORMAL, ES natural...
ResponderEliminaren un principio, me dije que este tipo estaba como una cabra. pero luego pensé que..joderse, es que la muerte es en sí UN HECHO NATURAL¡¡¡
lo que sucede es que nosotros le hemos dado unos valores a la muerte que tienen mucho que ver con nuestros miedos y con los tiempos en que esta debe de suceder...y lo natural no entiende ni de nuestras normas ni de nuestros tiempos...
medio beso.
EL DOLOR NO SE MIDE... DICEN, CADA UNO LO SIENTE COMO PUEDE.
ResponderEliminarNUNCA ESTAMOS PREPARADOS PARA LA PARTIDA DE QUIENES AMAMOS TANTO. YO PERDÍA A MI MAMÁ HACE 10 AÑOS Y ME PARECE QUE FUE AYER.
UN BESITO.
ME SIENTO MUY IDENTIFICADA CON TU TEXTO.
Será natural, pero lo natural puede ser desagradable. Por eso la humanidad inventa recursos para contrarrestar lo desagradable, lo indeseable de la naturaleza, para evitarlo o demorarlo.
ResponderEliminarEn algunas circunstancias,el argumento de lo natural no son efectivos.
Pero el dolor se entiende... la superación de ese dolor nunca es del todo... y en algún caso, solo se arrastra y se pinta, y se intenta sobrellevar... ¿verdad?
ResponderEliminarUn beso enorme :)
Lo que no se ve es como que no existe, pero está ahí y duele tnto o más que lo fisico y palpable. No todos afrontan los hechos de la misma forma. Duro y real Mar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Qué raro!...pensé que ya te había comentado!...debo estar alucinando, jejeje
ResponderEliminarel dolor emocional es tan doloroso como un mal físico, con el agravante que cuesta más hallar un remedio efectivo.
Un abrazo!
=)
Ese tipo de dolores son los más puñeteros y se enquistan como una garrapata. La única solución, si es que la hay, es abrir las ventanas y que corra el aire.
ResponderEliminarUn beso
El dolor del alma es el más terrible de todos lo dolores, te hace sentir en soledad, exiliado de los que te rodean...Pero si no se sale por uno mismo, esta bien buscar ayuda externa, que nos ayude a encauzar el dolor, para poder seguir viviendo. Me gusto.
ResponderEliminarTienes un regalito con tu nombre en mi blog, es mi manera de darte lasgracias por participar este jueves. Besos guapa.
Describes perfectamente la sensación del dolor que no hay modo de quitarselo del alma...Lleva su tiempo, y a veces ni eso.
ResponderEliminarRemovedor relato que nos pone en situación de revivir y de sentir este mal enorme que nos ataca en todos los frentes.
Un fuerte abrazo
Y lo peor de todo es que el doctos, no pude extenderle ninguna receta.
ResponderEliminarSolo apoyarse en la vida, en los amigos, en las personas que nos quieren y hacer una diaria terapia de sonrisas, es lo que puede curar.
Saludos.
Cada cual lleva y entiende sus dolores. Pienso que los emocionales, son los que terminan repercutiendo en el resto de nuestro ser. Hay pérdidas que son irreparables y dudo, que estemos del todo prontos para afrontarlas.
ResponderEliminarTu relato, muestra claramente lo difícil que es asumir la falta de un ser más que querido.
Besos!
Gaby*
A veces una depresión no se entiende y es mucho peor que una dolencia física; pero en este mundo tan agitado, cuando uno muere, los que quedan se quiere que pasen página cuanto antes, y muchas veces no es así, pese a quien pese.
ResponderEliminarMuy bien relatado
Un abrazo
El dolor interno es el peor de todos, no hay medicamento ni tratamiento que lo alivie. Solamente el tiempo y la resignación sirven para calmarlo un poco.
ResponderEliminarMuy buen relato.
Un beso.
Muy cierto lo que dices al final del escrito que gráfica muy bien ese inmenso dolor y vacio que se siente, una especie de abandono físico e interior
ResponderEliminarFELIZ FIN DE SEMANA QUERIDA AMIGA.
ResponderEliminarSALUDITOS
BESOS PARA TI.
No hay dolor más grande que ese.
ResponderEliminarLos mecanismos que llevan a la depresión escapan a nuestro control mental. Si fuera fácil combatir este estado depresivo no habría deprimidos. La pérdida de un ser querido es un buen ejemplo de un hecho que puede desencadenar una depresión y esta duele y duele mucho desde un punto de vista emocional y físico. De todo se sale pero siempre quedarán cicatrices en ese recóndito lugar que llamamos alma.
ResponderEliminarUn abrazo.
Para juliano el apostata.
ResponderEliminarPor supuesto que es normal esa "normalidad" que por mucho que entiendas no nos gusta. Dicho esto te digo que los ciclos deben cumplirse y llegar a su fin en su momento como, por ejemplo, los higos cuando caen de maduros. Lo que sucede en entretiempo es, a mi entender, un auténtico robo.
Quizá sea producto de mi grado de agnosticismo. El ciclo de la vida, tal y tal y tal..., vence en la senetud con "todo" más o menos cumplico.
Saludiños a todos.
Amicvs.
el distribuidor de jueves, me dicen que soy yo...jaja...bien, montse, el jueves día 23 se este mes, si abien lo tienes, lo llevas tú..
ResponderEliminarsi te parece bien, me lo confirmas en mi face, en mi blog, etc...
besos.
El dolor del pensamiento y el corazón es más desgarrador que el daño físico y manifiesto.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Me ha encantado el tema que tocas hoy por lo difícil: De forma evidente, socialmente la depresión es muy poco aceptada y comprendida, aunque se padezca con más frecuencia de la que se piensa; Incluso muchos ignoran que eso es lo que tienen sólo porque no los han diagnosticado. Las hay leves, medias y profundas, por distintas temporadas, volviendo y alejándose cada tanto o incluso, jamás. Si un estado de tristeza dura más de un mes, ya podemos estar hablando de un cierto grado de presión, si ésta se mantienen en el tiempo es de cuidar, ya que puede volverse permanente y se catalogará como una depresión endógena afectando químicamente al cuerpo. La depresión no sólo es un estado inestable del centro emocional, hay que verla como una enfermedad. El hecho que no se manifieste como los ejemplos que das en el relato, con heridas o torceduras, la hace todavía más complicada de llevar. Las personas somos hipócritas de por sí, llenas de cinismo y fachadas, así que disimular o esconder un mal para no ser encasillados socialmente es común. No todas las personas piden ayuda. Además, la depresión puede curarse con un esfuerzo grande de voluntad e incluso sin fármacos si la persona trabaja profundamente sobre sí misma, pero tristemente,esto de forma muy escasa ocurre.
ResponderEliminarOtra cosa es el manoseo de esta palabra. Se usa casi como sinónimo de una baja de ánimo o energía. No es lo mismo estar desganado, tener algo de nostálgica o tristeza, a estar deprimido. Hay que tomarle el peso a la expresión. Es una cuestión importante de salud.
Nuestro interior depende de nosotros
ResponderEliminarPodemos verlo de acuerdo a lo que ponemos en nuestras mentes
El dolor es mas dificil de calmar y no depende de nosotros
me ha gustado tu espacio
Confiemos en que ese dolor vaya menguando poco a poco. La pérdida de un ser querido siempre es dura, pero hay que aprender a vivir con ello. Un beso.
ResponderEliminarAbordas un tema interesante, esa invisibilidad del dolor emocional, esa falta de emparía hacia el enfermo psicológico.
ResponderEliminarBuen relato.
Besos.
Doy fe de que se puede estar discapacitado con las dos piernas y con depresión.
ResponderEliminarEn esos casos, creo que prima más lo físico, porque no te puedes tirar por el balcón, no llegas...
Besos, Mar.