Imagen de Mónica
- No quiero salir de aquí. ¿Para que? ¿Acaso es mejor lo de ahí fuera? ¿Que voy a encontrar que aquí no tenga? No, no necesito nada ni echo nada en falta -se dice Neón para sus adentros.
Deambula por la estancia tranquilamente, tomándose su tiempo en mirar una vez más los detalles que la decoran: el pequeño helecho de la esquina, el cofre semiabierto que le hace las veces de escondite... Da media vuelta y con la cola agita, sin querer, el esqueleto que disfrazado de pirata con su parche en el ojo y con un garfio por mano, reposa en el fondo. La diminuta onda ha removido el agua y todos los pececitos del acuario suben en tropel hasta la superficie, por si es la hora de comer.
Neón los mira con sus redondos ojos y en su cara se dibuja una sonrisa de bonachón. Definitivamente no necesita nada más allá de esas cuatro paredes de cristal, por muy grandioso que sea el mar.
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Sensibilidad y belleza en este original relato que habla de lo poco que se necesita para ser feliz, cuando uno está conforme consigo mismo.
ResponderEliminarEnhorabuena y besos.
Que bonito relato ese pececillo es feliz en su acuario ... Un besazo .
ResponderEliminarLindo papel del pez, me ha encantado. Un acierto total.
ResponderEliminarUn abrazo
Ya se acostumbrara si tiene que ir al mar. Pero si uno lo piensa un acuario es un sitio mas que comodo porque no hay depredadores
ResponderEliminarSegún sea nuestra perspectiva, el mundo es más o menos inmenso, más o menos estrecho, más o menos monocromo. Nos dejas pensando si corremos riesgo de transformarnos en ese pececitos. Excelente aporte para ésta convocatoria Mar. Muchas gracias por sumarte. Un abrazo
ResponderEliminarjajaja me han dado ganas de reencarnarme en pececillo
ResponderEliminarBss
Sí, en la vida todo es cuestión de prioridades. La cuestión es sentirse feliz con lo que tienes... Aunque si no se tiene la oportunidad de conocer otras cosas ¿como podemos estar seguros , de que lo que tenemos es lo mejor para nosotros?
ResponderEliminarUn abrazo.
todo sindrome tiene su razón de ser en una alteración mental como defensa ante una supuesta o real causa de ataque. En tu propuesta qué peligro se avecinaba a tu personaje: ninguno por lo que actuaba en consecuencia
ResponderEliminarHasta el final me he pensado que era un gato. Otro ejemplo de confinamiento forzoso. hacer de la necesidad virtud, creo que le llaman
ResponderEliminarBesossss MAR
Ahora me doy cuenta de que tenia que haber pensado que el protagonista tenia algo que ver con Mar
Ese es un gran principio de sabiduría, no desear más de lo que se necesita.
ResponderEliminarMuy buen relato.
Me ha gustado esa visión del pez.
ResponderEliminarUn relato diferente.
Enhorabuena :)
Besos
Las necesidades del pez están cubiertas en ese acuario, en el mar sería mucho más corta su vida, pero sin duda más apasionante.
ResponderEliminarUn placer leerte
Beso