Mar




Diana y Sol cortaban rosas en el jardín del caserío. Caía la tarde y debían darse prisa para tenerlo todo a punto. Esa noche celebraban el solsticio de verano.

-Cortad solo doce rosas, niñas - les recordó su abuela. Solo necesitamos una por cada mes del año.

- Si, abuela -contestó Diana. 

La abuela fué a la alacena a buscar el lebrillo de cerámica verde. Le limpió el polvo acumulado a lo largo del año y lo dejó junto al arroyo, a los pies del roble más longevo de la finca. Después entró en su dormitorio y se puso la túnica de lino blanca que había ido pasando de generación en generación y que guardaba con el mimo que se guardan las cosas que te tocan el corazón. Se recogió el pelo con una cinta, también blanca, y con la solemnidad de una sacerdotisa de la antigüedad, se reunió con sus nietas bajo el roble del arroyo. 

Diana y Sol la esperaban con la docena de rosas en un jarrón y una concha labrada en plata para recoger agua. Las tres rodearon el lebrillo y comenzaron su labor: la abuela, llenaba de agua el lebrillo con la concha y Diana y Sol  depositaban los pétalos de las rosas en el agua. Acabaron  justo cuando el sol se ponía; momento para cogerse de las manos en torno al lebrillo, cerrar los ojos y escuchar la oración que la abuela recitaba para terminar el ritual. 

Diana y Sol no entendían nada de aquella letanía. La abuela recitaba en un dialecto vasco, autóctono del valle que la vió nacer. Así se la enseñó su madre y así se la enseñaría ella a sus nietas, llegado el momento.

Acabado  el ritual Sol preguntó:

-Abuela, ¿que significa la oración que has recitado?

-La oración no es otra cosa que unas palabras de bienvenida al verano,  invoca a los buenos augurios y rechaza todo aquello que venga cargado de cosas negativas.

- Y el agua y los pétalos, ¿para que son?- añadió Diana.

- Veréis, dice la leyenda que la noche más corta del año tiene un halo de magia y que concede dones a la niñas guapas -contestó la abuela, guiñándoles un ojo- En el caserío  siempre se ha puesto un lebrillo con pétalos de rosas y agua. Así lo hacía mi madre y antes de ella lo hacían mis abuelas, bisabuelas... Estará toda la noche al sereno y por la mañana nos lavaremos la cara con esa agua porque dicen que tiene gracia, que te mantiene joven y guapa. 

Nadia y Sol pensaron que sería verdad, porque nunca habían visto a ninguna mujer mayor que tuviera la cara tan limpia como la de su abuela.

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18 comentarios:

  1. Que bonita historia nos has contado ..las abuelas son así siempre nos dejan sus enseñanzas ..Una buena noche para hacer esa magia con las doce rosas que cortaron ..
    Precioso me encanto ..
    Un fuerte abrazo ..feliz noche.

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  2. Una maravillosa costumbre o conjuro para un buen verano. Me ha parecido muy ágil y misterioso. Esa mágica manera de vestir para el ensalmo, me ha parecido preciosa también

    Un abrazo y feliz jueves

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  3. Encantador relato, lleno de ternura que con sus historias de antaño o con el relato de sus experiencias son las que transmiten los valores y prácticas culturales.
    Abrazo

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  4. Las abuelas siempre envuelven todo lo que cuentan en un halo de magia que lo hace creíble.
    Abrazos.

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  5. Muy bonita y tierna historia… De esas para escuchar de la voz de una abuela en el calor del hogar…

    Bsoss, y feliz día, Mar 😘

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  6. ¡Mira, me ha gustado que revivas esta costumbre! Yo la hago en la noche de san Juan. Por la mañana, con esa agua que ha estado toda la noche a la luz de la luna, también lavo mi cara. Es un rito ancestral.
    Un beso enorme.

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  7. Magia, amor a los ancestros, ternura y buena literatura en este bello relato que nos ofreces.
    Besos.

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  8. Una historia preciosa la que nos has contado. Qué bonito es contar a las nuevas generaciones las costumbres ancestrales para que no se pierdan. Me ha gustado mucho.
    Un beso

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  9. Me encanta esa costumbre ancesteal y la forma como la narras. Sencillamente preciosa, besos.

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  10. Mucha ternura y amor en tu relato y cuánto nos contaban las abuelas.

    Un beso enorme.

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  11. Me encantan este tipo de historias!
    Mag suele contármelas y me quedo como una niña escuchándola... la tuya provoca una tierna sonrisa... y ¿por qué no probar este ritual?

    Un beso!

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  12. Una historia entrañable, cuanto la he disfrutado.

    Un abrazo!!

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  13. Una manera muy poética de narrar las costumbres de ese lugar, en donde los rituales ancestrales permanecen en el tiempo y son transmitidos de generación en generación..Besossss

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  14. Enternecedor regreso a las raíces,
    no hay mejor vórtice.
    (Y en el mejor estilo de Isabel Allende).

    Besos, Mar

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  15. Totalmente en la línea de la frase que has elegido. Cierto que la mayoría de las fiestas y tradiciones que se conservan tienen un origen ancestral. Por cierto, ¿Nadia es Diana? Siento ser puntilloso jajaja

    Besosss

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    Respuestas
    1. No. Nadia es otro personaje que me ha acompañado en otros relatos y espero siga inspirándome.
      Para este relato quería nombres relacionados con la naturaleza; así que he elegido Sol (en referencia directa al astro rey) y Diana (diosa de la caza y protectora de la naturaleza en mitología romana)

      Bss.

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