Imagen tomada de Internet
22 de abril de 2049, Día de la Tierra. Nada que celebrar.
Lo que un día fue un planeta maravilloso, conocido como el Planeta Azul, hoy languidece sin remedio alguno. Apenas si le queda pulso que registrar y unos minutos para hacer balance de todo cuanto deja atrás.
El hielo de los polos se ha fundido, el volumen de los océanos ha aumentado y el tamaño de los continentes ha disminuido. El calor es tan asfixiante que prácticamente ya ha aniquilado toda forma de vida. Los bosques se han secado, los animales se han extinguido.
Los mares tocados de muerte, lloran de impotencia por la indolencia de los humanos. Cada ola que rompe en la orilla, escupe toneladas de plástico dejando tras de sí un reguero de inmundicia y desolación.
Y el hombre, la obra cumbre de la naturaleza, el ser más perfecto que creara, es responsable directo de la muerte del planeta y, por tanto, responsable de su propia extinción.
Sólo cabe esperar que el tiempo, sanador universal de males, ponga la cosas en su lugar; esto es, regenerar La Tierra, ir a los orígenes y que todo vuelva a evolucionar. Pero esta vez con una excepción: sin humanos, por favor.
Un alegato muy interesante para que todos tomemos nota.
ResponderEliminarHablas de la realidad. La capacidad del planeta de regenerarse es inmensa. Me parece que le estamos dando tan poco margen, que o espabilamos o no hay curación
ResponderEliminarUna reflexión más que necesaria. Feliz jueves
Bella y necesaria entrada. Somos nosotros los únicos que podemos de solucionar el problema. La naturaleza es tan sabia que ella sola trata de regenerarse. Solo necesita que nosotros la ayudemos.
ResponderEliminarBesos.
El más mortífero virus del planeta, son los humanos que lo habitan; insaciables y destructores…
ResponderEliminarEsperemos que haya tiempo para enmendarlo… De todos y cada uno depende su salvación.
Buen texto, Mar.
Bsoss, y feliz tarde 😘
La naturaleza se regeneraría sola, si tan solo la dejáramos.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Mar: Delicado y sensible post, que tedríamos que poner manos a la obra yá, Un abrzo, amiga.
ResponderEliminarDesde luego nosotros somos lo peor, sin nosotros no se rompería el equilibrio de la tierra, porque está visto que nos cuesta mucho pensar en lo que pensamos que no nos afecta y solo afecta a las nuevas generaciones. Ahí radica el problema.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Mar. Muy buena reflexión para es presente y muy especialmente para las generaciones venideras. El problemón en origen es educacional, como tantos otros...
ResponderEliminarUn abrazo.
Si existe algún dios creador, y nos hizo a su imagen y semejanza... que se lo haga mirar. :))
ResponderEliminarBss
Espero que eso no llegue a suceder porque pongamos remedio a todo lo que estamos haciendo mal, aunque hay cosas que ya son irremediables.
ResponderEliminarUn placer leerte y haber participado en tu convocatoria.
Yo creo que al final, la naturaleza sola se va a equilibrar, como pasó luego del meteorito que extinguió a los dinosaurios... pero mientras tanto habrán desaparecido casi todas las actuales especies, incluidos nosotros.
ResponderEliminarMuy triste.
Un abrazo
Tu historia es el prólogo de la mía..es como empezó todo hasta que se determinó que la tierra era un planeta muerto....lo bueno es que estamos conscientes que el cambio de todo es inminente a menos que cambiemos..
ResponderEliminarBesossss